• Capítulo 7 •

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Capítulo 7:

Mein Engel.

Narra Zinov Volkova:




No lo puedo creer, ni en más locos sueños creí que volvería a verlo o a escuchar su voz. Mis ojos comienzan a picar pero no me permito empañar mis ojos y mucho menos delante de alguien, y mucho menos delante de él. Mi pecho sube y baja con irregularidad pero aun así trato de controlarme, trato de controlar mis nervios, mi respiración y demás.



– Cachorro, cachorro tranquilo. Soy yo. – Susurro en mi oído izquierdo, su aliento choco con mi nuca erizando mi piel, no por miedo sino por emoción, aun no salgo de mi estupefacción simplemente no lo puedo creer, siento que es un sueño hecho realidad.

Salgo del estado en que me encontraba al escuchar la voz de Steven y Caleb a fuera del baño. Miro a mi padre por nuestro reflejo en el espejo y el parece entenderme enseguida al escuchar el comentario de mí querido tío diciendo:



¿Cómo pudiste dejarlo solo? ¿Acaso no vez el riesgo que corremos el solo hecho de estar aquí? Solo accedí a venir porque Lily no dejaba de suplicar.


Luego de eso fue seguido de la respuesta del reprendido Steven:



¡Vamos tampoco es para tanto! Zinov es un niño grande y muy listo puede cuidarse solo, tal vez si solo le dieras un voto de confianza sabrías que no es un mal chico.


Finalizo Steven y me quedo aún más sorprendido por la forma en la que Steven me defendió de Caleb me impresionó mucho más, hasta se siente bien. Ya que le ha cerrado la boca al idiota que tengo por tío. Parece que mi pariente es Steven y no el idiota de Caleb, por otro lado el rostro de mi padre parece estar molesto o a punto de estallar, su mandíbula tensa eso y su agarre se torna más fuerte y me lastima y quisiera decir que ya me he acostumbrado pero la verdad es que se me había olvidado el cómo se sentía el dolor en mi cuerpo, miro de nuevo a mi padre al sentir que afloja su agarre en mí, parece debatirse en su mente miles de preguntas y tal vez miles de escenarios que pasan por su mente en este momento. No quiero ni imaginar que es lo que piensa en estos momentos. Tenemos de que preocuparnos ahora mismo y él no se mueve de su sitio.


– Zinov. – Mierda, como puedo comienzo a removerme entre los brazos de mi padre y este al fin reacciona.

Mi padre y yo nos miramos el uno al otro con los ojos abiertos de par en par, rápidamente me baja en el suelo y me guía a empujones a un cubículo en el baño él se sube a la tapa del váter y yo me siento en la orilla tratando de simular estar haciendo "Algo", lo miro y esta ceñudo sin entender nada o mejor dicho sin saber quién carajos son ellos. Yo por otra parte sé muy bien de quien se trata. Es mi tío Caleb y Steven.

– Zinov, pequeño diablillo sé que estas allí. – Dice Caleb con un tono de voz neutral y algo alegre y aliviado, tal vez es porque me encontró aquí y no estoy en otro sitio el cual él no sabe.

– Aquí estoy, – Suelto por fin, trato de responder lo más normal posible para que no sospeche de nada, respiro hondo y suelo el aire lo más callado que puedo. – ¿Qué quieres? Y por si no lo sabes ya tengo edad para estar solo en el baño.


Puedo escuchar su risa al otro lado de la puerta, puedo ver sus zapatos negros casuales pero formales por debajo de la puerta de mi cubículo. Lo escucho soltar un suspiro de cansancio o derrota ante mi hostilidad y me lo imagino negar silenciosamente y fingir una sonrisa sin gracia.

– ¿Sabes que no fue mi intensión hablarte de esa manera, No? – Por el todo de voz arrepentido que usa sé que de verdad lo siente, pero no estoy para estos sentimentalismos baratos, necesito conversar con mi padre ya. Y la verdad es que ahora Caleb me estorba más que de costumbre.

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