Capítulo 9

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Capítulo 9

Parte II

Mein Engel;

— ¡Basta zinov!

Puedo identificar esa voz como la de Steven. Pero no iba a parar, no mi padre siempre me dijo; << Lo que empiezas lo terminas >> y eso haré. Seguí haciendo caso omiso a sus regaños y me sacaba de sus manos cuando me tomaba. No iba a dejar pasar este insulto.

— Vete al diablo!

Le vocifere en respuesta, no mire más que al pendejo que tenía debajo de mi. Y si, parece más grande y fuerte. Pero solo es un niño regordete que no sabe pelear. Bien, muy bien por mi. Aunque me duelan las manos y mis nudillos me ardan y quemen no voy a dejar que este niño regordete vuelva a llamar tonta a mi ángel. De repente sentí las manos grande de Steven bajo mis axilas y me levanto mientras yo me removía para sacarme de él, patalee y tire golpes al azar pero obviamente mi peso y altura no eran nada comparado con el suyo. Así que me aparto del gordo.

— Vamos! basta peque, ya para!, no puedes ser un salvaje por amor a dios, cálmate,  cálmate  ahora mismo o te acusare con tu madre y...

— Que carajos pasa aquí?, que paso steven? Explica me que carajos pasa.

Carajo. No puede ser, para mí buena suerte a llegado el que faltaba...

Sip, ese es Caleb. Mi tío Caleb. Mierda. Ok... Creo que no debí dejarme llevar por mis instintos primitivos, pero el se lo busco. Y quien busca encuentra y ese pendejo regordete me encontró. 

Ok, por ahora no me he explicado bien. Así que retrocedemos un poco.

20 Minutos atrás;

— Te estás divirtiendo Lisa?. - Le pasó una de mis manos por su mejilla derecha mientras la miró asentir y sonreir. —  me alegro mucho que así sea.

La veo alejarse un poco y yo solo voy detrás de ella caminando con dificultad ya que esto no para de moverse. Pero lo lograré.  De un momento a otro pierdo el equilibrio entre todos los niños que me rodean y entró en una especie de pánico al verlos a todos desde arriba, tengo... Tengo miedo. Pero es entonces cuando veo el cabello castaño rojizo de Liss en la misma posición que yo. Pero a su lado frente a ella está un niño más grande, mucho más grande y regordete que ella, de repente mi miedo se va como vino se esfumó, me pongo en pie y voy por Lissa, nadie puede tratar así a una niña.

— Eh! Lissa, linda levántate. — Tomo sus manos y la levanto mientras la examino con la mirada para ver si estaba herida, y cuando llego a su rostro estaba rojo y mojado. Esta llorando, sentí la furia arder dentro de mi. Mire a mi alrededor y vi que la entrada del inflable y comencé a empujar a el niño que empujó a Lissa. — Te crees muy fuerte? Eh?

— Que te pasa niñito?. — soltó en respuesta. Y me empujó y retrocedí un poco pero seguí empujándolo hasta que cayó y lo patee hasta que se cayó por la escalera del castillo inflable. Una vez en el piso salte y gracias a que él se movió no le pise el pecho, que lástima. Una lástima en serio.

Mientras el gritaba, yo no presté atención a sus alaridos. Fuí directo por él. Me posicione arriba de él y recordé el primer día en que mi papá me dijo como golpear a alguien. Y luego me enseñó a hacerlo, puse mis puños arriba y comencé a golpearlo en la cara.

— Eres un hijo de puta! Jamás vuelvas a tocarla. Me escuchas?. — Tome su cabeza y la lleve de arriba a bajo, golpeando su cabeza con él piso, el niño trataba de empujarme con sus manos pero no me dejaba. — Me estás escuchando desgraciado?

— ME ESTAS ESCUCHANDO?!

— Déjame!, Sueltame!, Mamá!

Esas eran sus palabras, pero me importó nada sus quejas. Así que seguí descargando mis puños en el. Trato de morderme, que asco, hay 20 millones de bacterias en la boca humana y eso solo se aplica a las personas que se cepillan tres veces al día. Es un asco.

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