Capítulo 2: Sosiego

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2 de mayo de 1998,
Hogwarts.
Harry Potter.

Terminó.

La guerra terminó.

No sabía cómo explicar el sentimiento que paz que abundaba mi cuerpo.

Aunque, físicamente me dolía todo el cuerpo, mentalmente me sentía eufórico. Si fuera por mí, correría y gritaría a los cuatro vientos que este infierno había terminado. Pero no podía, mis piernas no resistían; temblaban tan solo dar un paso. Y mis lentes estaban trizados, lo cual me dificultaba ver la mitad de cosas de mi al rededor.

Por otro lado, seguía sin entender muy bien todo lo que había pasado este día. Personas que ya no estaban, familias heridas, niños sin padres, profesores que no volverían hacer clases.

Una parte de mí acumulaba rabia, remordimiento y tristeza. Otra sentía culpa y vergüenza. Me sentía débil y cansado, pero el sentimiento de miedo se había ido hace mucho rato.

Sería el primer, de muchos años en adelante, sin tener la preocupación encima de que pasaría en el siguiente. No más Tom. No más profecías. Y ya nadie perdería a gente por mi culpa. Es todo. Se acabó.

Veía cada cuerpo sin vida, cada lágrima, cada sollozo de personas inocentes. Me sentía quebrado por dentro.

─ ¡Harry, acá estás! ─ Escuché gritar a Hermione. 

Apenas me giré, sentí que sus brazos me rodeaban y me atraían hacia ella.

─ ¿En qué estabas pensando? ─ Me dijo con su típico tono audaz ─ ¿Dónde estabas? ¿Sabes lo preocupada que me tenías? ¡Este no es momento para desaparecer así como así! ¡Y tus lentes!

Hermione me arregló el vidrio sin titubear y volvió a su expresión de enojo. Reí sin muchas ganas.

─ Solo he ido a tomar aire.

─ ¿Tomar aire? ¿¡Tomar aire!?

─ ¿Quieres tranquilizarte? No es como si me haya muerto o algo así. No parezco ser el favorito de Dios. 

Hermione a pesar de seguir con su expresión de enojo, pareció querer reírse. Aún así, comenzó a darme una charla de lo impertinente que había sido por no avisarle dónde estaba. Pero realmente, escuché menos de la mitad de lo que me decía. Mi atención se había ido a los rincones de Hogwarts, para ver si encontraba a cierta pelirroja. ¿Dónde se había metido?

─ Está en la sala común. ─ Masculló Hermione como si me leyera el pensamiento. 

¿Se habrá dado cuenta que hace minutos llevaba desconectando?

─ Entiendo que la quieras ver, Harry. Pero estás herido. Necesitas ayuda...

─ Estoy bien.

─ ¡No tienes pinta de estar bien! ─ Señaló la herida que tenía en mi tobillo que me llegaba hasta la rodilla. Me la había hecho peleando con Voldemort y no me había fijado hasta ahora. Debía haber sido la adrenalina ─  Se te puede infectar, Harry.

─ Estás exagerando. Me encuentro bien. Y si me permites...

No pude dar ni dos pasos sin que me tirara del brazo a su lado. 

19 Fotografías mágicas | Hinny.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن