19 Fotografías mágicas | Hinny.

Capítulo 10: Ron al volante

Ginny.
La madriguera.

─ Te escapas de casa. Nos mientes. Te metes en el ministerio y te haces pasar por una aurora. ¿Se puede saber qué tienes en la cabeza, Ginevra? ¿¡En qué estabas pensando!?

Me hundí en el sillón lo más que pude, apenada. Mis padres no solían retarme, nunca tenían un por qué. Siempre nuestra relación se basaba en la confianza y yo la había arruinado.

─ ¡No puedes arriesgar todo por un estúpido encaprichamiento con Harry!

─ ¿Encaprichamiento?

Eso sí me había molestado, pero no tenía derecho de discusión.

─ ¡Eso es lo que es! Solo un encaprichamiento que no te deja pensar con claridad. ¡Podrías haber puesto en peligro el trabajo de tu padre! Pero claro, no lo tuviste en cuenta. Dile, Arthur. Dile.

Papá tenía la cabeza agachada y su mentón apoyado en sus manos. Seguramente estaba pensando en usar las palabras correctas antes de hablar. La diferencia entre mamá y él radicaba en que papá no necesitaba elevar la voz para saber que tenía la razón. Pero aún así, ambos lucían igual de decepcionados.

─ Es verdad lo que dice tu madre, hija. Podrían haberme quitado mi cargo si te hubieran descubierto y sería el fin de nuestro sustento.

─ No lo había pensado. ─ Confesé en voz baja sin mirarlos a la cara. ─ De verdad lo lamento muchísimo. De haberlo sabido...

─ ¡Es que ese es tu problema, Ginevra! ¡No pensaste en nada! ─ Gritaba mamá ─ ¡Jamás piensas en las consecuencias de tus actos, solo piensas en ti!

─ No, eso no es verdad, mamá.

─ ¿Crees que nos merecíamos esto? ¿por eso lo hiciste?

─ ¿Qué? Claro que no. Yo jamás... ¡He dicho que lo lamento!

Mamá se largó a llorar tirándose en el sillón. Papá se sentó junto a ella sobándole la espalda.

─ Molly, cariño, creo que Ginny ya ha aclarado que lo siente. ─ Dijo papá con voz tranquilizadora ─ Además, nadie la vio en el ministerio. ¿Cierto, Ginny?

─ No, nadie me ha...

Mierda.

Había una chica junto Harry. Estoy segurísima que la había. ¡Claro que estaba allí! Harry estaba entrenando, debía saber que no estaba solo. ¿Cómo no me di cuenta antes?

─ ¿Es que alguien sí te vio, Ginny?

─ No ─ Mentí descaradamente. ─ Claro que no.

Ella no diría nada. ¿O sí?

─ ¡Primero robar la espalda de Gryffindor y ahora esto! ¿En qué te has convertido? ─ Sollozó mamá ─ ¿Esto es lo que yo he criado?

Mi boca quedó entreabierta. Mamá no solía ser así. Trataba de entender que este último tiempo había sido difícil para todos y por eso reaccionaba así, pero no quitaba el hecho de que sus palabras hirieran.

─ No estás siendo justa, mamá.

─ ¿Justa? ─ Dijo en tono amenazador ─ ¡Sigues haciendo estás estupideces como siempre, Ginevra! ¡No haces más que estupideces! ¡Estoy tan decepcionada de ti, por merlín!

─ ¡No tienes por qué desquitarse conmigo solo por haber perdido un hijo, terminarás perdiendo a los demás si sigues tratándonos así! ─ Escupí con lágrimas. Me tapé la boca apenas terminé la oración.