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─ Esto te saldrá muy caro Fezco.
Los hermanos llevaron a rastras a a Roma quién no podía mantener el equilibrio ni usando a Fezco como apoyo para no caerse, Ashtray ayudó a su hermano cuando vio que no podía con la situación.
¿Cómo podía lidiar con gente drogadicta con el doble de tamaño de Roma y con ella no?.
La muchacha no dejaba de moverse y su estabilidad no era la mejor.
─ Déjala en el sillón y yo buscaré algo para taparla
Sin dudar, Ashtray la dejó caer en forma brusca a en el sillón.
─ ¡Oye!, idiota más despacio
Ashtray la ignoró y la acomodó como si de una bolsa de papas se tratará.
─ Narco chucky, ¿cómo te vez limpiando vómito?
Roma hizo un gesto como si tuviera por devolver pero luego soltó una fea carcajada y se acomodó en el sillón.
─ Te lo haré tragar de vuelta si lo haces, maniática
Se alejó de ella por si vomitaba, era más que obvio que él jamás limpiaría algún desastre de Roma.
Por suerte de Ashtray, ella jamás vomitó y en un par de segundos estaba acostada en posición de feto, parecía estar dormida.
─ Toma esto ─antes de que se pudiera ir a descansar, Fezco le pasó una manta tejida crochet para que tapara a la castaña.
─ Oh no viejo, mí manta no, ¿y si la ensucia o la vomita?
Fezco miró a su hermano, sabía que esa manta era su favorita desde que era un bebé pero no creyó que sería tan mezquino.
─ La meteremos en la lavadora y ya
─ No y no, es mía
─ Es solo una manta, Ashtray
─ Es mí manta, mía
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─ Te odio...
Ashtray susurró mirando a Roma y le tiró la manta encima solo tapandole la parte de la cabeza y dejándola destapada desde la espalda a los pies.
