CAPÍTULO 18. Encuentros desafortunados

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Jaden.

Por un segundo cierro mis ojos y dejo mi mente viajar por todo lo ocurrido esta noche. A mi alrededor se oye la música, la gente gritar, mis amigos hablar, mis hermanas quejarse, pero a mi me da igual, porque el limbo en el que me encuentro, me permite concentrarme más en mi mundo, y necesito esto para asimilar que lo que ha pasado hace un rato en el pub, ha sido real, que no ha sido un sueño.

Una simple nota salida de mi garganta, me ha bastado para ser feliz, y si a eso le sumo la manera que ha tenido la gente de recibirme, aplaudirme y alagarme, yo ya no necesito más para sentirme completo.

La música es compleja, eso es algo de lo que soy consciente, pero también me llena en todos los sentidos. Me hace volar, soñar, disfrutar de cada segundo que paso cantando o tocando un instrumento, y la felicidad que me brinda, es como una jodida droga a la que sé que voy a ser adicto toda mi vida.

Eso lo he heredado de mamá.

He querido que la guinda del pastel fuese Star aceptando salir conmigo de nuevo, pero un grupo de chicas han irrumpido en el escenario para que les firmase un autógrafo y de un momento a otro he perdido a mi rubia, la que por cierto está preciosa y es la única que me acaba de hacer volver a la realidad, ya que la busco desesperado cuando su recuerdo inunda mi mente y la veo ahí, a unos metro de mí, hablando animadamente con mi primo Tom mientras bebe tranquila de su copa de whiskey.

—¿Entonces te han contratado para la semana que viene también? —pregunta Marie, acomodándose a mi lado.

Asiento —Mamá me ha dicho que se encargaría de cerrarlo todo. Por lo visto he gustado mucho.

—¿Por lo visto? —Danielle rueda sus ojos —Has gustado mucho porque estás bueno y encima has cantado de diez. Lo tienes todo.

—Se nota de la familia que vienes —apunta Marie.

Ruedo mis ojos, mirando mi móvil para ver lo que me ha respondido Tony, que es el encargado de que Nicole se relaje esta noche hasta que yo vuelva a casa y arregle la situación tan desagradable que se ha creado con el desafortunado encuentro entre mi hermana y ella.

No quiero ser mal pensado ni nada de eso, pero hay algo de mi mejor amiga que no me cierra y tengo que descubrir que es.

—¿Nos seguirás queriendo si te haces famoso?

Mi hermana pequeña vuelve a hablar, haciéndome fruncir el ceño —¿Que pregunta es esa, Marie? —niego —Además, ¿quien te ha dicho que me haré famoso? Solo he cantado en un pub, nada grande.

—Llegarás lejos en la música, estoy segura —apunta Danielle.

—Mi camino es otro.

Marie bufa —Tu camino es ser famoso y sacar muchos discos.

—Y hacer giras por todo el mundo.

Me río porque estas dos viven pensando locuras las veinticuatro horas del día y enseguida me incorporo, cuando veo a Star levantarse y acercarse hasta mí con una sonrisa.

La discoteca no entraba en mis planes porque yo esta noche quería otra cosa, más intimidad, pero mis hermanas me han convencido de que hay que celebrar lo bien que lo he hecho (según ellas) y no he podido negarme.

Sobre todo porque mis amigos también están aquí, y no quiero hacerles el feo.

Mi rubia se sienta a mi lado y paso un brazo por sus hombros, mientras se acomoda con su Copa en la mano y deja la que le queda libre, apoyada sobre mi muslo.

—¿Hablábais de mí? —bromea.

Dan sonríe ampliamente y niega —No, pero podríamos.

—Como soy tan interesante...

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