Las personas son crueles con quién es diferente.
Sin embargo, en éste mundo cruel, dos almas distintas, pero iguales por sus desperfectos, lograron encontrase.
Aceptar sus sentimientos será el reto.
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𝐖𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧�...
Pronto, el chico nuevo demostró ser sobresaliente en algunos aspectos.
Cumplía con todas las tareas, tenía buena compresión lectora y cuando era pasado al pizarrón, resolvía todo sin mayor esfuerzo. En clase de deportes, demostró ser competente para la mayoría de actividades.
Sin embargo, tenía ciertos problemas. Nunca hablaba en el salón, también, suele retar a los maestros y a cualquiera que lo molestará.
Estados Unidos siempre está sólo, alejado de los demás. Cuando Rusia iba detrás de la biblioteca, USA se hallaba ahí, dibujando; ignorando a todos. Eso despertó un poco de curiosidad en el albino, pues, en la escuela, el solía ser el único con problemas para socializar, o carente de amigos. También, Rusia suele pasar tiempo con un grupo de amigos, pero a veces prefiere estar sólo, sin embargo, USA es un caso diferente.
Una vez más, veía a Estados Unidos alejarse de la multitud; despareciendo.
— ¿Tanto odia socializar? —pregunto al aire, observado por dónde el rubio se fue.
— ¿Hmm? —dijo Estonia tomando de un jugo. — ¿Dijiste algo?
Volviéndose hacía el más alto, le miro aun bebiendo de su bebida. El tricolor le devolvió la mirada. Sólo por curiosidad, la interrogaría.
— ¿Qué opinas del chico nuevo? —cuestiono tratando de no verse tan interesado en la respuesta.
— ¿Quién?—decía enmarcando una ceja, bastante confundida.— ¿Hay un estudiante nuevo?
—Sí, desde hace... Tres semanas... —menciono rascando su nuca.
—No recuerdo haber escuchado de alguien nuevo... —decía mientras intentaba hacer memoria. —Y tampoco he visto a alguien distinto por aquí... ¿Está en tu salón?
Rusia asintió lentamente. Cómo esperaba, USA pasaba desapercibido por el resto de la escuela. No tiene un grupo de amigos, no es extravagante en algún aspecto y siempre se distancia de todos; era de esperar que fuera invisible para el resto de los alumnos.
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La pequeña brisa de antes comenzaba a empeorar, pronto, se convirtió en un fuerte lluvia. Las clases terminaron justo cuando la lluvia atacó la ciudad. Muchos corrían a sus hogares, y otros subían rápidamente a los autos de sus padres.
Rusia tuvo suerte de traerse un paraguas consigo; sería muy problemático ir a casa con esta lluvia.
No fue directamente a su casa, pues antes debía comprar algunas cosas para preparar la comida. Camino en dirección contraria a su hogar, sólo porque conoce una tienda dónde los productos son más baratos de lo normal.
Tomó un atajó, atravesando un callejón. Cuándo iba a dar vuelta para seguir, algo lo detuvo, las voces de varias personas lo pusieron alerta. Asomó un poco la cabeza, queriendo ver lo que ocurría. Diviso a Estados Unidos a unos metros de él, este parecía ser rodeado por un grupo de vagos. Uno de los chicos, tal vez el mayor de todos, avanzó hacía el rubio.
La situación se veía bastante mal, sin embargo, él no podía ayudar, no podía... Lo mejor sería llamar a la policía.
De repente, el sujetó tomó por el cuello a Estados Unidos, amenazando con golpearlo. Lo demás, sucedió muy rápido. Logró ver la expresión de irá de USA, sólo para segundos después, observar como el sujeto caía al suelo por el derechazo que recibió. Algunos vagos huyeron, otros trataron de pelear, pero fallaron al instante. Al final, se largaron, dando arcadas y culpando a un desagradable olor. El rubio permaneció estático, viendo a los hombres correr, dándole la espalda al tricolor.
Inconscientemente, Rusia se acercó a la escena. Él está bastante impresionado.
— ¿Tú también quieres pelea? —exclamo molestó, volviéndose hacía el más alto.
Rusia inmediatamente se detuvo. No quiere problemas. De repente, sus ojos vieron el sangrante labio del contrario.
— ¿No piensas hablar? ¿Te crees muy valiente?—cuestiono irritado ante el silencio del tricolor. USA pensó que se trataba de un idiota más. Entonces, se percató de aquél significativo detalle. Sus gestos cambiaron. —Un segundo... ¿Por sigues aquí? ¿Acaso...? ¿No...?
Rusia observo al rubio extrañado por la pregunta. Estados Unidos se notaba confundido, demasiado, y el de cabellos blancos se encuentra en la misma situación.
— ¿No lo hueles? —susurro.
— ¿Oler? —levanto una ceja sin entender a lo que se refiere el chico.
— ¿Cómo...? —murmuro. Agachó la mirada, completamente desconcertado. Miro al contrario, y volvió a fruncir el ceño. —Lo que sea...
Se giró, dispuesto a irse, pero la voz por parte del tricolor detuvo sus pasos.
— ¿Estás bien? —pregunto intentando acercarse.
—No te importa. —respondió de forma seca, sin dirigirle la mirada.
Luego de decir eso, comenzó a caminar, alejándose, con la lluvia aún sobre él, sin importándole en lo más mínimo. Rusia lo observo irse, hasta que lo perdió de vista.
