Capitulo 9 - El rey del piso 17

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Un rayo cae. 

El héroe dispara una flecha, pero su enemigo la esquiva.

Un rayo cae.

Un imperio nace, pero desde un principio sabes que su destino es caer.

Un rayo cae.

Un amor que no se cumple y que nunca volverá, el castigo eterno de un crimen sin redención.

La tormenta está cerca y tu estas atrapado en el ojo de la misma, ¿Cuánto falta para que vayas a caer?

Una espada oxidada pero que aún se debe cuidar.

Una rueda desgastada que en cualquier momento se romperá.

Un arco.

Una lanza.

Una espada.

Un trueno.

--Despierta--

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--Contratista, es hora de continuar-- escucho la vieja y raspada voz de Hassan llamándolo, su dedo índice tocando levemente sus costillas para que reaccionara mejor.

Bell abrió los ojos con algo de dificultad acostumbrándose rápidamente a la tenue luz azul que producían los cristales en el techo, si te concentrabas en uno solo por un momento podías ver como daba varios parpadeos de luz hasta terminar por perder su luz permanentemente.

--Lo siento Hassan, voy de inmediato-- su espalda crujió levemente al estirarse, algo natural ya que había dormido por horas en el suelo rocoso de la mazmorra.

Estaban en las escaleras que daban al piso dieciséis de la mazmorra, el lugar exacto donde el y Musashi habían terminado en su primera excursión por la mazmorra, incluso a tanta distancia Bell podía sentir claramente el llamado de la mazmorra al fondo de la misma.

El llamado del gigante que buscaban.

--Maldita sea . . . ¡Como es que tienes tantas de este tamaño!-- a pocos metros de Hassan y Bell, Musashi gritaba asombrada a Francis. Las dos habían explorado un poco más el piso quince mientras Bell dormía para ver quien conseguía más cristales mágicos.

Musashi gano en cantidad pero Francis gano en calidad, de los cincuenta cristales de Musashi solo tres estaban completos y eran del tamaño de su puño; mientras que de los veinte de Francis todos estaban completos y eran del tamaño de la cabeza de Hestia.

--Las ventajas de una buena suerte supongo-- Francis sonrió con suficiencia mientras cargaba una gran bolsa en su mano derecha aun con la mochila de recursos en su espalda. Una vez que miro al frente decidió presumir su logro a Bell. --¡Mira niño, logre sacar muchas de estas!-- sacando una de las piedras de color azul Francis casi se transportó al lado de Bell para mostrarla más de cerca.

--Increíble . . . --  dijo Bell sosteniendo la pieza en su mano sonriendo a Francis quien hablaba de lo obvio que era su "incredibilidad", sin saber claro lo que significa eso.

¿Esta Mal Conocer Servants En La Mazmorra?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt