❥ El Dragón y El Tigre I

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Eco, eco, ecología —canté mientras reciclaba los desechos del día anterior.

Una vez terminé, me levanté del piso y caminé a lavarme las manos.

Aún debía darle de comer a Bam antes de irme al instituto y... ¡Mierda! También tenía que pensar en mi almuerzo.

Solté un suspiro y me apoyé en la mesada. Me fijé en el reloj que llevaba en mi muñeca.

Media hora... De acuerdo, es suficiente tiempo.

—Bam, ven a comer —llamé a mi cachorro gigante y este apareció por la cocina, saltando efusivamente al escuchar que era su hora de comer.

Estiré mi mano y le hice una caricia, luego coloqué su plato en el piso. Una vez le di la orden, este se puso a comer y yo volví a lo mío.

El día de hoy comenzaban mis clases. Después de unas vacaciones aburridas, por fin tendría algo con que distraer mi cabeza. Lo malo es que nuevamente comenzarían los rumores y las miradas de mis compañeros sobre mí.

De alguna manera todos tienen que entender que estoy muy lejos de ser lo que era mi padre, pero por más cosas que hiciera, todos parecían guiarse por mi apariencia y no por quien soy.

¿Tal vez si cambio de look?

Agh, esa mierda tampoco funcionó hace unos años.

Suspiré y terminé de hacer mi comida. Además, hice una pequeña vianda para mi hermano mayor, quien seguramente tendría que trabajar también hoy.

Caminé hasta la sala en busca de mi mochila e hice una mueca al ver a mi hermano durmiendo tirado en el sofá. Me acerqué hasta él y levanté su chaqueta.

—Seokjin —llamé bajito—. Ve a dormir a tu habitación, no estés durmiendo incómodo.

Se removió y se acomodó mejor.

—¿Qué haces despierto tan temprano? —preguntó con voz ronca—. No deben ser ni las siete de la mañana.

—Hoy comienzo el instituto —informé caminando hasta donde estaba mi mochila—. Te avisé anoche, antes de que te fueras al trabajo.

—Sí, lo siento.  —Se sentó y frotó sus ojos con pereza—. ¿Ya desayunaste? ¿Quieres que vayamos a desayunar de camino al instituto? —preguntó con solo uno de sus ojos abiertos.

Yo negué riendo y me acerqué para darle un pequeño abrazo.

—Descansa. Ya desayuné e incluso te dejé el almuerzo hecho —avisé sonriendo.

Él arrugó la nariz y estiró su mano para revolver mi cabello.

—Felicidades por pasar de año, me haces sentir muy orgulloso —murmuró en voz baja. Luego comenzó a pestañear con dificultad y miró la luz que estaba encima de él—. Esta luz no alumbra nada, voy a abrir las cortinas. —Se levantó y yo simplemente puse los ojos en blanco.

—Es culpa del maldito edificio que hay al lado —solté con enojo—. El sol ya ni entra a la casa y tenemos que estar lidiando con la humedad y el maldito moho que, por cierto, es imposible de sacar. —Cerré mis ojos con lentitud y molestia.

—¡Agh! Cuando pones esa cara te pareces a papá. Das miedo —soltó Seokjin e inmediatamente abrí mis ojos mirándolo con terror.

—¡No digas que me parezco a él! —repliqué lloriqueando y él simplemente comenzó a reír.

—Ya, ve a arreglarte que llegarás tarde al instituto —dijo con una sonrisa.

Coloqué mis ojos en blanco y comencé a caminar hacia mi habitación mientras que mi hermano mayor me seguía, pero en dirección a la suya.

💌 Choose me [ km; au ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora