💌 Choose me [ km; au ]

❥ En mis sueños.

Jimin parecía un sim enojado. ¿Alguna vez han jugado a Los Sims?

Cuando estos se enojan, caminan dando zancadas gigantes y su ceño está fruncido. Pero lo mejor es que Jimin tenía toda su cara roja, lo que le daba un toque gracioso y tierno.

Él caminaba delante mío. Ni siquiera sabía porqué estaba enojado pero, desde que salimos del restaurante, solo me ignoraba.

¿Qué fue lo que le hice?

Solté una risa, y con las manos en mis bolsillos, di pasos rápidos hasta llegar a su lado.

—¿Estás enojado? —pregunté.

—No.

—¿Y por qué parece que lo estás?

—Porque tu percepción de mis emociones está fallando.

Abrí mi boca y fruncí el ceño.

—¿No será que tu cuerpo y tus emociones están en desacuerdo? Tu cara —la señalé— y la forma en que caminas me dan a entender que estás enojado.

—No lo estoy. —Su cuerpo se relajó, pero su ceño se mantuvo fruncido y su voz cortante.

Me acerqué hasta él y le susurré al oído:—Sí, lo estás.

Jimin se alejó exageradamente de mí, y con sus ojos llenos de pánico me gritó: —¡¿Por qué te acercas tanto?!

—¿No puedo? —Reí y él negó arrugando la nariz.

—No, no puedes. ¡Así que no te pases de listo, Jeon! —dijo en voz baja y con las mejillas rojas.

No pude evitar reír ante esa imagen. ¿En serio se estaba avergonzando ante mí?

—¿Te pusiste celoso? —pregunté con el afán de molestarlo.

El terror en sus ojos se hizo notar. ¿Terror porque lo que decía era incorrecto o porque sabía que era verdad?

Sabía que no obtendría respuesta, pero cuando estiró su pierna y me dio un pequeño —pero suave— golpe en el trasero, no pude evitar sonreír.

—¿Qué cosas dices? ¿Por qué me pondría celoso? —Hizo un puchero y me dio otro golpe, pero esta vez en el brazo—. Solo estaba cuidándote. Lo que hizo ese idiota no estuvo bien.

—¿Estás seguro de que no son celos? —cuestioné con malicia—. Si quieres puedo dejar que te sientes en mis piernas.

—¿QUIERES QUE TE GOLPEE COMO A ESE IDIOTA, O QUÉ? —exclamó alterado, pero ahora no solo sus mejillas estaban teñidas de rojo, sino que también todo su rostro y orejas.

¿Puede verse más lindo?

—No, no quiero que me golpees. —Reí esquivando su golpecito—. Nada más quiero saber por qué tienes cara de gatito furioso, y, si no me cuentas, asumiré que son celos.

Jimin se detuvo y entrecerró sus ojos mirándome de manera desafiante.

—Ya quisieras que sienta celos —murmuró en voz baja—, pero déjame romperte la ilusión. No estoy celoso.

—¡Sí lo estás! —aseguré con una gran sonrisa. Jimin negó y continuó caminando mientras yo daba pequeños saltitos a su alrededor—. ¡Jiminie está celoso! —canturreé con la intención de molestarlo.

—Sigue y te vas a ganar la patada de tu vida —amenazó señalándome y yo me detuve para reírme—. Solo intentaba proteger tu imagen frente a Taehyung, deberías darme las gracias.