-Uno-

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-Eeyy, lobo feroz, despierta, despiertaaaa-
Derek notó cómo el joven le daba golpes en la espalda.
-Grpfhmm, Stiles no me toques los huevos-
-No te estoy tocando los huevos sino la espalda- declaró Stiles cruzándose de brazos y sentado en el trasero del azabache.
-Tengo sueño-
Alzando las manos, Stiles dio un suspiro pero enseguida echó su cuerpo sobre el del moreno.
-Sabías que hoy nos iríamos a Beacon- susurró al oído del lobo.
-Seeee pero anoche alguien quiso jugar a Caperucita Roja y El Lobo y todo sea dicho, me reventaste-
Stiles alzó las cejas asombrado.
-Wow, creí que tú tenías aguante- se burló -Voy a tener que ir pensando en buscar a un sustituto para cuando me dé el subidón para que tú no te can...SESS, DEREKKK-
El moreno lo había estrellado contra el lecho y se le había situado encima, mirándole fijamente, con los ojos medio entornados y rostro apretado.
-No juegues con eso- advirtió Derek.
-Si no tienes aguante he de hacer algo para cuando me vuelva a pasar- sonrió Stiles con picardía.
Un gruñido brotó de la garganta del lobo quien, rápido como el rayo, despojó de los pantalones al castaño junto con sus calzoncillos.
Aferrándole por debajo de las rodillas le hizo elevar las piernas y se las colocó en los hombros.
-¿Quieres ver cómo aguanto?- rezumó Derek.
Stiles tragó saliva aunque no de miedo precisamente.
-Ésta postura es muy incómoda- agregó.
Inmediatamente, Derek invirtió los lugares dejando arriba al humano.
Sabía que al castaño le encantaba montarlo...
Y a él le fascinaba verlo.
Y no se equivocó al sentir cómo Stiles buscaba con el culo su polla...
Cuando dio un saltito al tiempo que lanzó un jadeo.
Elevando, lo justo, el trasero, llevó una mano a la ya preparada erección del lobo, la asió como si lo llevara haciendo toda la vida y empezó a bombearla.
Derek dio otro gruñido pero entonces le mandó:
-Hazlo con la boca-
El castaño, obedientemente, cesó de masturbarlo y se deslizó hacia el miembro del moreno hasta tenerlo justo delante de sus ojos.
Luego levantó la vista chocandolos con los de Derek.
-Si no quieres que te duela usa la boca- se corrigió éste.
Evocando una sonrisita traviesa, Stiles agarró de nuevo el pene del moreno, se lo aproximó hacia la boca...
Y regaló una lamida al glande.
Derek se tragó un rugido de placer a la vez que balanceó la pelvis.
Divertido de verle ansioso, Stiles repitió la misma acción pero ésta vez succionó la cabeza del pene oyendo al mayor lanzar otro gruñido.
Con decisión, empezó a engullirlo.
Lentamente.
Escuchando a Derek expirar y jadear.
¿Quién se lo hubiera dicho?
Un año y medio viéndose y acostándose con Derek.
¡Y madre mía cómo le gustaba!
Gracias a él averiguó que era gay.
En el instante en que tuvo toda la polla del lobo enterrada en su culo, supo que prefería un millón de veces tenerlo a él follandole.
Consiguiendo metérsela entera, inició una serie de movimientos con la boca.
De arriba abajo.
Acariciando toda la envergadura del moreno con sus labios.
Otra cosa que también le gustó, y mucho.
Haciendo que se sus bolas se hincharan, chupaba como si de ello dependiera su vida cuando notó las manos de Derek aferrarme por el pelo.
Con firmeza pero sin forzarle, lo empujaba a metérsela más.
Stiles le oía jadear hasta que con un hilo de voz, le escuchó decir:
-Me voy a correr-
Pero Stiles no se detuvo, sino que avivó el movimiento.
Derek movía las caderas follandole, literalmente, la boca.
Los jadeos se convirtieron en bufidos para inmediatamente hacerlo a resoplidos.
Hasta que, de repente, el lobo lo agarró del rostro y tiró de él hacia arriba.
Sus bocas se besaron, ávidas por la del contrario e inmediatamente, Stiles se encastró en la latente polla del moreno.
Derek solo pudo resoplar dentro de la boca del castaño para, enseguida sujetarle por las caderas y moverlo a su antojo.
Stiles jadeaba incesantemente, notando cómo le estimulaba su próstata.
Cabe decir que desde que ambos se acostaron la primera vez, no necesitó estimularse para alcanzar el orgasmo.
Una de dos, o tenía que ver el tamaño de Derek (el lobo estaba bien armado con 25 centímetros) o lo cachondo que se ponía cada vez que se la chupaba.
Entre jadeos y suspiros, ambos terminaron corriendose juntos.
Obviamente, Derek acabó dentro de él mientras que Stiles lo hizo entre ellos.
-Grmmm, ahora me ha vuelto el sueño- gruñó Derek.
Stiles seguía meciendose.
Despacio.
Haciendo que el pene del moreno casi quedara fuera de su cuerpo pero, en cuanto solo percibía la punta, volvía hacerlo entrar.
Las manos de Derek le atraparon por las nalgas y lo inmovilizó.
-Para un poquito, insaciable-
Stiles no pudo por menos que reír para mirandole decir a modo de burla:
-Una incongruencia lo mires por donde lo mires-
Derek solo enarcó una ceja, acción que equivalía a la pregunta "¿Por qué?" (Stiles sabía todos sus gestos y expresiones)
-Ummm, bueno, tú eres un lobo y yo un humano por lo que tú deberías ser el "insaciable" y yo estar como ahora mismo lo estás tú-
Derek rodó los ojos. (Ese gesto significaba "Claro que sí, venga ya")
-Hablo en serio- afirmó Stiles.
Derek elevó, de forma exagerada, ambas cejas y dejó entrever una sutil sonrisa. (Esa mueca quería decir "No llevas razón")
-No me rebatas- advirtió Stiles señalándole con el dedo.
Derek le miró fijamente y borró la sonrisa. (Gesto que significaba "O qué")
Stiles entrecerró los ojos y contestó:
-O te aseguro que dejas de metermela-
Ahora la cara que Derek puso fue de pánico.
-No serás capaz- masculló.
Arrimando su boca a la suya, Stiles las rozó ambas y musitó:
-Vuelve a rebatirme y verás lo que pasa, lobito-
Súbitamente, Derek alargó una mano hacia la mesilla de noche, agarró el móvil del joven y entregándoselo le ordenó:
-Ya puedes estar llamando a Scott y diciéndole que llegarás mañana-
Stiles frunció el ceño.
-¿Y mañana por qué?- inquirió cogiendo el teléfono.
Haciéndole dar con la espalda en el colchón y arrancándole un gritito para nada masculino, Derek acabó sobre Stiles...
Y mirándole con lujuria.
-¿No debería ser yo el insaciable según tú?- Stiles asintió con la cabeza y los ojos exageradamente abiertos -Pues vas a desear no haberlo dicho... porque voy a demostrarte lo insaciable que puedo llegar a ser-
Y diciendo esto, elevó las piernas del castaño, se las colocó en los hombros y...
Lo embistió de un solo golpe.
-¡OOOH DIOS!-
Eso fue todo cuanto Stiles pudo decir...
Pues los labios del pelinegro le impidieron seguir hablando.
Se iba a poner las botas con Stiles.

EL REGALO DEL AMOROù les histoires vivent. Découvrez maintenant