-Cuatro-

3.9K 362 7
                                    



-Dios, qué...hips...vergüenza- hipó Derek dándose un manotazo en la cara.
-Calla y...hips...camina...hips...- ordenó Stiles sosteniéndolo como buenamente podía.
El par de dos iban plenos.
¿Por qué?
Derek no lo entendía, a él no le afectaba el alcohol.
Stiles...
Bueno, él sí lo sabía.
Se había bebido más de la mitad de la ponchera aunque en todas las veces que había dicho de llenarse el vaso, extrañamente Lydia se había ofrecido...
Raro.
Pero su cerebro dejó de funcionar en cuanto se bebió el tercer vaso.
-¿Cómo hemos...hips...llegado S...hips...Stiles?- cuestionó Derek  trabandosele la lengua.
Jamás había probado eso de estar borracho...
Y qué mal lo veía todo.
-Condu...hips...conduciendo y...hips...yo- habló torpemente el castaño.
Logrando apoyar el enorme cuerpo del lobo contra la pared, vio cómo éste se tambaleó hacia delante.
-Cheee, hips... ahí qui...hips...quietoooo- impidió que cayera hacia delante echando su cuerpo sobre el suyo.
-Eres un...hips....irres...irreson...hips...irresonpable-
-Estoy me...hips...mejor que tú- achacó Stiles que rebuscaba las llaves por los bolsillos del moreno.
Éste sólo olía el aroma del chico y entre eso, sus manos dentro de sus bolsillos, el alcohol y la presión del cuerpo de Stiles contra el suyo empezó a hacer efecto.
-Mi...hips...mierda, no...no entra...hips-
Inclinado a ras de la cerradura y sosteniendo al moreno, Stiles no lograba insertar la llave.
Derek fijó sus ojos en la zona desnuda del cuello que podía ver del castaño.
La nuca.
Dio un gruñido.
-No te pongas a...hips... gruñir, lobito-
La llave chocaba sin dar en el lugar correcto hasta que...
-Quita- masculló Derek.
Apartandolo, decidió usar su método.
Obsequió con un puñetazo a la puerta y ésta se abrió.
Stiles, aún estando borracho, se quedó blanco.
-Sí señorrrr, ese método es el me...JORRR, DEREKKK QUÉ HA...-
Su espalda golpeó contra la primera pared que encontraron nada más abrir...
Y su boca fue asaltada con pasión por la del moreno.
¡Parecía que se lo quería comer!
Pero ni por asomo sintió miedo sino que, aferrándose del cabello del azabache sintió cómo le sujetó por el trasero...
Y se lo empujó hacia arriba, obligándole a cercarle con las piernas.
Sus bocas no se despegaban mientras Derek se dio prisa en llegar a la cama.
A pesar de estar bebido, no tropezó con los escalones que dividían el salón en dos alturas...
Bueno, solo trastabilló un poquito.
A plomo, ambos se derrumbaron en el lecho.
¡Menos mal que tenía la cama abajo!
Bajo la única luz que había en el loft, y esa era la de la luna, los dos despojaban al contrario de las ropas.
Quedando en cueros y Derek encima de Stiles, éste primero lo empujaba hacia la almohada usando únicamente su boca.
Stiles estaba sumido en el éxtasis.
Le permitía mandar en él...
Le dejaba que le separara las piernas todo cuanto le daban de sí...
Y fue, entonces cuando dejó de notar la boca del azabache en la suya.
Para sentirla deslizar a través de su pecho...
Bajar por su estómago...
Llegar a su ombligo...
Y percibir su lengua dibujar círculos en torno a éste.
Soltó un jadeo cuando notó cómo alcanzaba su miembro...
Y lo atrapó con sus labios.
-¡Derek!- exclamó sobreexcitado.
Rápidamente sus manos se asieron de la sábana al sentir cómo la boca del lobo subía y bajaba a través de su falo.
Su cuerpo sufrió una convulsión junto con un gemido.
Una de sus manos se agarró al cabello del pelinegro, quien, volcado en practicarle la mejor de las felaciones, también empezó a prepararle.
¡Lo que podía llegar a hacer el alcohol!
Balanceando la pelvis, Stiles no dejaba de jadear el nombre del mayor.
Derek ya iba por tres dedos usurpando el interior del castaño.
Aquello no era normal.
Estaba fuera de sí.
Era como si su lobo se hubiera adueñado de su cuerpo pero en consonancia con su parte humana, pues moría por enterrarse dentro de Stiles...
Y morderle.
Quizás era debido a su tozudez de no haberle sido claro y decirle que él no quería llevarlo en secreto.
Quizás era porque en el fondo siempre quiso para él al humano y no se atrevió a confesarsele.
Fuera lo que fuera, esa noche no solo se lo follaría (aunque realmente, por muy pasionales que fueran en el tema y fogosos, él no lo consideraba follar sino que lo denominaba hacer el amor "A lo Bestia") sino que llevaría a cabo todo.
Buscando la muñeca donde Stiles llevaba aún la pulsera, metió el índice entre ésta y su piel y gruñó:
-A la mierda la puñetera pulsera-
Y la arrancó bruscamente.
Con la suya hizo lo mismo...
Y sus pulmones se llenaron de ambas esencias...
Mezcladas.
Ferozmente agarró por debajo de las nalgas al castaño y lo embistió de un solo golpe.
A Stiles no le dio tiempo a gritar pues los labios del lobo apresaron los suyos.
E inmediatamente Derek empezó a moverse.
Desesperado.
Ansioso por hacerle correrse.
Pero no porque tuviera prisa en terminar.
No.
Sino porque después volvería a llevarlo al clímax...
Y le mordería.
Le daría el mordisco que oficializaría lo que Stiles quería ocultar.
No tardó en notar cómo el cuerpo del joven se presionó contra el suyo, sinónimo de que iba a correrse, por lo que avivó los embistes.
Recibió su semen contra su abdomen para, veloz como era, girarlo y colocarlo de cara al lecho.
Sin esperar ni un segundo más regresó al interior del castaño pero ésta vez Stiles sí que pudo gemir:
-¡Diosss, otra vez...Derek?-
El lobo no contestó.
Sino que sosteniéndole por la garganta pero sin apretar, lo empotraba salvajemente.
Stiles estaba al límite.
No soportaba su propio cuerpo.
Los párpados habían perdido fuerza y por muy bien que le estuviera resultando le costaba mantenerse consciente.
De repente...
Algo afilado se clavó en su nuca.
Algo que le dejó sin aire.
Traspuesto.
Y que hizo que se corriera aún con más intensidad recibiendo al moreno en sus entrañas.
Después le envolvieron unos fuertes y cálidos brazos...
Y cayó en un más que profundo y placentero sueño.
-Eres mío, solo mío Stiles-
Fue lo último que oyó de los labios de Derek antes de dejarse llevar por Morfeo.

EL REGALO DEL AMORWhere stories live. Discover now