-Quince-

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Un enorme lobo negro salió a la carrera de la comisaría.
Detrás de él, un muy enojado Noah, llevaba en alto la escopeta que tenía guardada en su armario de la oficina cargándola.
-Voy a matarlo-
Y diciendo esto corrió hacia su coche, subió y puso en marcha el motor.
Stiles junto a Jordan y algunos de los demás oficiales, salió justo cuando su padre ya estaba persiguiendo a Derek.
-¡Jordan, al Camaro!- ordenó Stiles.
El oficial no se negó sino que subiendo en el asiento del copiloto, vio a Stiles tomar lugar en el del conductor.
-¿Alguna vez has... llevado éste...coche?- preguntó el sabueso del infierno.
-No será muy difícil-
-No es un Jeep- declaró el oficial.
-Ooh, no te preocupes- metiendo la llave en el contacto, la giró al mismo tiempo que pisó el gas.
Hizo un ruido muy raro.
Y no arrancó.
Parrish oía sufrir al pobre motor hasta que detuvo al castaño.
-Para Stiles o te vas a cargar el motor-
Entornando los ojos, Stiles miró al castaño claro.
-No me rechistes-
Jordan sintió un pelín de miedo al ver la expresión que puso Stiles.
-Va-vale-
En el acto, Stiles logró poner en marcha el Camaro...
Y pisó el acelerador a fondo.
-¿Los ves?- preguntó al oficial, valiéndose de su olfato, y con la ventanilla abierta, intentaba captar el aroma de Derek y el sheriff.
-No-
-Si sacaras un poco más la cabeza al estilo perro y.. movieras la nariz estoy seguro de que serías de más ayuda- apuntó Stiles.
Parrish giró el rostro al joven.
-Si quieres me convierto en un hellhound- rezongó.
-¡Genial! Así los olerás mucho mejor- observó Stiles
-Stiles no soy un perro-
-Uhu, pero tú no eras un...¿Chucho en llamas?-
En ese instante oyeron disparos y aullidos.
Stiles intentó guiarse por éstos pero obviamente no tenía muy sentido de la audición así es que empezó a dejar de escucharlos.
-¡Stiles suenan por allí!- señaló  Jordan indicando el camino hacia el interior de la reserva de Beacon.
Girando el volante, el castaño menor escupió:
-¡Yo no tengo súper oído chucho del infierno!-
Adentrandose al bosque cada vez podía oír mejor y más cerca los disparos junto con los aullidos.
-Como le haga algo lo mato- apuntó Stiles saliendo a toda prisa del coche.
-¿A Derek?- preguntó Jordan yendo tras él.
-¡A mi padre, Parrish!- ladró Stiles.
No tuvieron que caminar demasiado pues a unos cuantos de metros encontraron al lobo dando rodeos y enfrentando a un sheriff que le apuntaba con la escopeta e increpaba:
-¿¿Cómo te atreves a dejar a mi hijo embarazado?? ¿¿Y cómo demonios lo has dejado??-
Stiles rodó los ojos y la cabeza a la vez.
-Vaya dos que me han tocado-
Decidido a intervenir, dio paso hacia el lobo y su padre.
-Papá baja la escopeta- ordenó.
El sheriff se volvió a su hijo.
-¿¿Me puedes explicar cómo demonios tú... estás...em...em... embarazado??-
-Pfff, a ver, puede que se me pasara decirte que...soy una chispa y...-
-¿Una chispa despistado? Eso ya lo sabía- desdeñó Noah.
-¡Noo papá, un chispa de magia!- exclamó exacerbado el joven -¡Así que hazme el favor de dejar de disparar a mi novio y comportate como un padre civilizado, joder!-
-Pero sí esto es lo que haría cualquier padre civilizado- rezongó el sheriff.
-¡Aarrgg! Papá, deja de disparar a Derek- espetó Stiles igual que un niño caprichoso.
-Si me dices que piensa hacerse cargo del bebé bajo el arma- alegó Noah sin dejar de apuntar al lobo negro que se movía de un lado a otro con agilidad y evitar que le diera con alguna bala.
-¡¡Por el amor de Dios, pues claro que se hará cargo, vivimos juntos desde hace un año!!-
Al mismo tiempo Noah y el lobo miraron fijamente al castaño.
-Mmm, mierda para mí- masculló por lo bajini Stiles.
El sheriff regresó la mirada al animal...
-Ahora sí que te mato- escupió el mayor.
Inmediatamente echó a correr detrás de Derek y disparando a diestro y siniestro.
-¡Jordan, hazme el condenado favor de hacer algo!- mandó Stiles al oficial.
-¿Y qué quieres que haga?- inquirió anonadado éste.
-¡¡Lo que sea, haz lo que sea pero que mi padre deje de disparar a Derek!!-
Sin esperar más explicaciones, Parrish acabó envuelto en llamas y corrió en busca de su jefe y Derek...
La escena hizo a Stiles cubrirse los ojos al mismo tiempo que meneaba la cabeza en sentido negativo.
Ahora, su padre no solo disparaba a su novio.
No.
Ahora su padre iba detrás de un lobo negro y un extraño perro bastante más pequeño de tamaño que el lupino y de pelaje claro y algo desaliñado...
¡Disparandoles a ambos!
-¡Pffff, madre mía lo que me ha caído encima!- resopló en voz bajita Stiles -Lo que me espera con mi padre y el vuestro- terminó diciendo mientras se tocaba el vientre.

EL REGALO DEL AMORWhere stories live. Discover now