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Tres bestias aterradoras salieron de sus jaulas, más grandes que cualquier shifter que hubiera visto. No bestias, se reprendió Jisung. Estos eran hombres lobo, humanos como él. Excepto que los humanos no mordieron a otros humanos con sus dientes.
El mayor de los tres llamó su atención. Él, porque los científicos habían mencionado que todos sus activos eran hombres, tenía pelaje negro azabache sin variación de color. Los ojos del color del oro fundido miraron directamente a Jisung. No a su padre, o al Dr. Donghae, sino a él.
Tragó, sorprendido, por la intensidad de esa mirada. Había inteligencia allí, junto con emociones más oscuras como el deseo y la lujuria. Jisung agarró las barras de sujeción de la plataforma. El Dr. Donghae notó su reacción.
—No pueden hacernos daño a los humanos, —le dijo el Dr. Donghae, interrumpiendo su conversación con su padre. —¿Ves esos collares alrededor del cuello? Mantienen a los activos bajo control. Si muestran una pizca de desafío, el collar emitirá descargas eléctricas.
Eso es inhumano, pero Jisung no se atrevió a expresar sus pensamientos en voz alta. Había aprendido temprano que albergar opiniones que el grupo no compartía era peligroso. Chanyeol había golpeado todas las ideas de igualdad de su hijo hace mucho tiempo.
En cierto modo, Jisung no era tan diferente de las hermosas y salvajes máquinas de matar que había debajo. Un fuerte gruñido provino de uno de los tres lobos, el que tenía el pelaje blanco puro y extrañas garras que brillaban como el metal.
Era más pequeño que los otros dos, pero se movía terriblemente rápido. El hombre lobo blanco se lanzó contra el que Donghae llamó JL00. Jisung todavía estaba horrorizado por el hecho de que estos científicos habían quitado los nombres de estos shifters y los habían reemplazado con designaciones.
Los dos Alfas Cautivos se enredaron en el suelo, ignorando la liebre que se suponía que debían atrapar. Contuvo el aliento, asombrado por lo rápido que se movían.
Parecía una danza violenta de garras. Los dos shifters rastrillaron y se sacaron sangre el uno al otro.
—¿Qué mierda? —Exigió su padre. —¿Pensé que esta unidad era la mejor?
Donghae parecía nervioso.
—Surgieron un par de complicaciones.
Donghae ladró órdenes al entrenador en el suelo.
—Leeteuk, mantén a esos dos separados. El miembro del consejo Park no está aquí para ver que estos activos se rompan entre sí.
El entrenador Leeteuk llamó la atención, pero Jisung vio que con cautela mantenía su distancia de los Alfas alborotadores.
—ML99, escuchaste al Dr. Donghae.
Leeteuk levantó un dispositivo delgado que parecía un control remoto. El estómago de Jisung se enroscó al recordar las palabras de Donghae. Esa cosa fue el dispositivo de control que provocó descargas eléctricas.
