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Mark mordisqueó el hocico de Jaemin. El otro Alfa gruñó bajo en su garganta, pero Mark le rascó la cara. Jaemin silbó, las garras de metal a punto de golpear. Pasó un segundo, pero pareció más largo.
La razón regresó a Jaemin, porque el otro Alfa retrajo sus garras. Quizás aún había esperanza para su hermano todavía. Mark corrió hacia delante, aliviado al escuchar a Jaemin corriendo detrás de él.
Finalmente llegaron al cruce que conduce al túnel. Hyunjin estaba allí, ayudando a un Chan gravemente herido a ponerse de pie. La sangre empapó la pierna izquierda del pantalón de Chan. ¿Estaba rota la pierna de Chan? ¿Dónde estaba Jeno? Mark le lanzó una mirada inquisitiva, pero Hyunjin sacudió la cabeza.
—Vámonos antes de que el escape sea demasiado tarde, —dijo Hyunjin, aunque el otro hombre parecía dolido cuando lo dijo.
Los cuatro salieron corriendo, con Hyunjin llevando a Chan los últimos pasos. El aire del bosque golpeó su cara. Por un segundo, entró en pánico. ¿Y si Jisung y los demás no estuvieran allí?
Un claro vacío los saludó, seguido del rugido de una furgoneta. Se deslizó a su lado, la puerta se abrió deslizándose. Todos saltaron dentro. Jaemin casi no lo logró. La furgoneta se movió demasiado rápido. Mark volvió a ser humano y agarró el pelaje de Jaemin para atraerlo.
Jaemin se estrelló contra él y cayeron directamente.
—Conduce más rápido, —dijo Chan, sonando dolorido.
—Changbin, Chan está herido, —dijo Jisung.
Mierda, pero Mark se alegró de ver a su compañero. Mark ayudó a Jaemin a tumbarse en el suelo. La furgoneta seguía siendo la misma vacía que habían usado cuando conducían al departamento del concejal Park.
Changbin estaba allí, esperando con su botiquín de primeros auxilios. En el asiento del conductor, Han maldijo por lo bajo.
Felix y Seungmin estaban de vuelta en la casa de Chan con Jeongin, probablemente esperándolos.
—Estoy bien, —dijo Chan a Changbin.
—¿Bien? —Changbin exigió. —Te veías mal arañado.
Ahora que el doctor lo mencionó, Mark le dio una mirada a Chan y contuvo el aliento. Changbin tenía razón. Aparte de la pierna rota de Chan, nuevas marcas de garras y dientes le cubrían. Deben haberse visto peor antes.
—¿Qué pasó? —Mark tuvo que preguntar, pero en su interior, él sabía la respuesta.
Las palabras de Jaemin volvieron a él, sobre que Jeno ya no era uno de ellos.
—Jeno hizo esto. Atacó a Chan, fue directo a su garganta antes de que yo pudiera intervenir, —dijo Hyunjin, con aspecto sombrío.
—No es su culpa. Lo rompieron, —llegó la voz distraída de Jaemin. El otro Alfa se había hecho un ovillo, balanceándose de un lado a otro.
