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A partir de este momento habrán spoilers del manga, recomiendo haberlo leído para facilitar la comprensión de los sucesos :3
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Se quedó helado ¿Sellado? ¿Realmente alguien podía sellar a Gojo? Cientos de preguntas inundaron a Yuu y le fue imposible no sentirse mal. Si pudieron contenerlo a él, la persona más fuerte que conocía ¿Que les depararía a los demás?
Se volvió inseguro y no sabía que hacer. La maldición notó su momento de debilidad, sacó partido de eso y comenzó a atacarlo con ferocidad. Entre la duda, Yuu no se movió y dejó que lo golpeara. Fue directamente a su cara y lo envió bastante lejos. Su espalda golpeó el suelo y la maldición sonrió al ver como no se levantaba, acercándose para ver si seguía vivo. El pelirrojo tenía los ojos entrecerrados, su nariz sangraba y tenía una pequeña mueca.
El espíritu pateo su estómago con fuerza y Yuu no hizo nada para impedirlo, dejando que su cuerpo volviera a ser enviado lejos. Se acercó nuevamente y se enojó al ver como Yuu seguía con la misma expresión que antes.
—Eres bastante resistente ¿Lo sabías? —lo halagó la maldición mientras apoyaba uno de sus pies en el pecho de Fukushima ejerciendo presión. Se enojó cuando lo ignoró, apretando su puño y sonriendo al darse cuenta que ya no reaccionaba a nada de lo que hacía.
Se sentó sobre el pelirrojo y apretó su rostro, parecía que estaba mirando a la nada. Rechistó mientras lo soltaba, no sería tan divertido de esa manera. Levantó su puño y lo golpeó esperando alguna reacción de su parte, no pasó nada. Volvió a hacerlo un par de veces más hasta tener un ritmo constante, golpeando enérgicamente.
Yuu no se resistió y dejó que la maldición siguiera dándole una paliza. Estaba completamente consciente y si quisiera podría detenerlo, pero no quería moverse. Gojo estaba sellado y lo más probable es que Himiko estuviera muerta, que sentido tenía seguir con eso. Su vida estaba arruinada.
Tenía ganas de llorar, solo quería tener una vida normal ¿Si aquella vez hubiera salido más temprano del trabajo habría pasado todo esto? O tal vez fue su culpa por volverse tan cercano a Gojo. Quería morir, ya no podía hacer nada. No tenía trabajo, habían sellado a Gojo y su sobrina estaba muerta, todo lo que quería y sentía que le daba un valor a su vida desapareció.
Sentía su cara caliente, estaba llena de sangre por las heridas. La maldición no dejaba de golpearlo y le decía cosas que no podía entender, estaba aturdido. Supo que algo pasó al escuchar ruidos demasiado fuertes, pero él siguió quieto y el espíritu tampoco paró. No fue consciente del tiempo y perdió la cuenta de cuantas veces lo habían golpeado. Extrañaba a su hermana, ojalá la maldición lo matara lo antes posible.
