14. Visita

2.3K 136 56
                                    

Anteriormente en Total Disaster...

-María...

-Es como si se estuvieran reyenando los huequitos. Y es como que me da miedo.

-¿Miedo de qué?

-D-de lo que ha dicho Chloe... De que seas un traductor de Google mentiroso y de que me hayáis puesto en contra de todos...

**

25 de abril.
11:58 a.m

Carla.

Apoyé mi cabeza sobre la mano derecha mientras que con la izquierda removía sin ganas el Cola Cao demasiado caliente para mi gusto. Parpadeé varias veces para evitar dormirme, pero bostezaba a la mínima que se me olvidaba el gran sueño que tenía. Suspiré y dejé caer la cucharilla dentro de la taza. Llevaba varios días así, debatiendome entre si es mejor desayunar o volver a dormir. Solía ganar el dormir, pero me habían encerrado en la cocina y hasta que no me terminase toda la taza de leche no me dejarían salir.

Ni que tuviera ocho años.

Me levanté y fui a la despensa, ojeé sin mucho detenimiento y finalmente saqué un paquete de magdalenas. Me senté en la silla de nuevo y saqué una, la quité el envoltorio y la introduje entera en la leche; disfruté viendo cómo el la taza se iba vaciando a medida que la madgalena hacía su efecto. Solté una risa un tanto maqueavélica. Me había librado de más de la mitad de la taza. Partí un pedazo con la cuchara y me lo llevé a la boca. También podría haber tirado la magdalena y decir que me lo había bebido, pero era buena persona.

Me terminé el desayuno empapado y tiré el resto a la pila. Y entonces caí en que podría haber tirado desde un principio la leche por ahí. Fruncí el ceño. Soy retrasada.

Me encogí de hombros y me estiré mientras salía dirección a mi habitación. Intenté evitar el contacto humano con las personas de la casa y conseguí llegar de incógnito a mi cuarto. En cuanto abrí la puerta, los ojos de Ana levantaron la vista de su tablet y me miraron curiosos. La ignoré y me tiré a mi cama, abracé una almohada y me acurruqué.

-No te pongas tan cómoda, que en una hora tenemos visita.- dijo Ana llamando mi atención.

-¿Quién viene?- pregunté.

-Ni idea, me lo ha dicho mi madre esta mañana.- me enderecé en la cama, para mirarla y poner mala cara.

-Pff, que pereza. No me gusta la gente.

-¿Te acuerdas de que esta tarde hemos quedado con Sarian?- cuestionó Ana alzando una ceja.

-Me estás deprimiendo la mañana.

-Llevas casi dos días enteros duermiendo, es hora de que salgas.

-Tú antes eras como yo, eras vaga.

-Cállate y date una ducha. Que vas a acabar criando cosos en el pelo.

-¡Oye!

-¡Vamos!

Me tiró la almohada que me acababa de quitar y bufé de frustración. Cómo la odio a veces. Me solté el pelo del moño de andar por casa que tenía y me encaminé al baño.

Fue la peor ducha que me había dado en la vida.

Resulta que esa vieja leyenda de la digestión que te cuentan de pequeño para que no te tires corriendo a la piscina podía llegar a ser cierta. Me había sentado mal la magdalena encolacaoada. No sé si esa palabra existe, pero se entiende. Me vestí con ganas de vomitar y me cepillé el pelo con ganas de vomitar. En cuanto viera a Ana la vomitaría encima para vengarme por su estúpida idea.

Total disaster. /\- SDE3 ~ David (Auryn)Where stories live. Discover now