𝐓𝐖𝐈𝐍𝐒어느 날 공주가 되어버렸다ㅤ⚜ㅤWizard Lucas

𝐈𝐈

El tiempo había pasado volando, ya no era una pequeña bebé que se arrastraba como un gusano, tampoco debía estar preocupada por las insolentes sirvientas, ella se había encargado de echarlas a cada una de ellas, solo unas cuantas habían logrado quedarse.
Lea, su amada Nana, estaba más que orgullosa, aunque preocupada, la pequeña princesa estaba volviéndose cada vez más despiadada, no, de hecho ya lo era.

Abrió la gran puerta dando tres toque avisando sobre su ingreso— Princesa, la merienda se encuentra lista, ¿Desea tenerla en el gran comedor o debería traerla acá? —pregunto inclinando ligeramente su cabeza.

La princesa de dorados cabellos cerró con lentitud el libro, posando sus orbes enjoyados sobre su Nana, una imagen elegante y mágica que hizo contener la respiración a aquella castaña— No, iré al comedor, Nana. ¿Has investigado lo que pedí? —pregunto colocándose de pie para dejar el libro en su posición original.

Se tenso por completo— Um... No hay mucho que se pueda investigar, mi princesa, este palacio es como un exilio para usted, el emperador la confinó aquí y solo se encarga en servidumbre e provisiones. —explico meneando con nervios sus manos. No, ella no estaba mintiendo, aquella fémina de rubios cabellos lo sabía perfectamente.

Agarro su mentón analizando, debía planear cuidadosamente cuál sería su siguiente movimiento— Es como lo dice realmente, nadie de este palacio tiene permitido recibir información, ni mucho menos la demás servidumbre tiene permitido dar información. Complicado, pero lastimosamente ya viví toda esta estupidez. —giro la cabeza, dando vista del gran ventanal que daba una animada imagen, a pesar de estar en un palacio ni tan bueno ni malo; era mucho mejor que el palacio rubí dónde estaba viviendo su hermana. Frunció molesta las cejas de solo recordar cómo debía estar viviendo la otra rubia— Puedes retirarte Nana, iré en unos minutos.

Hizo una reverencia— Prepararé debidamente la mesa, princesa.

Aquel palacio en el que ella había sido confinada, era mejor que el rubí, jardines bien cuidados, estructura bastante decente y todo gracias a su administración. Loco, pero cierto, Amare había tomado el control sobre el palacio por completo a su corta edad— No quiero distorsionar demasiado la línea del tiempo, pero de igual manera necesito obtener fuerzas para proteger a mis personas importantes, deberé mover los hilos inevitablemente —suspiro con cansancio, tomando entre sus dedos la pequeña frente, cerrando unos segundos los ojos— Bien, lo traeré a mi, ese pequeño perrito de ojitos morados —sonrió con confianza, girandose a la pequeña mesa que le acompañaba diariamente, tenía un teclado de ajedrez el cual siempre estaba para evitar su constante aburrimiento, agarro una pieza, específicamente el caballo y lo movió junto a la reina blanca— Así es, como él siempre estuvo conmigo en un pasado, no será diferente ahora, Khalid Hiskia, mi fiel perro.

Amare, quien era la princesa más impredecible en el pasado, alguien llena de cualidades y grandes capacidades, a temprana edad llamo atención de un caballero; Khalid Hiskia. Ambos se encontraron por casualidad mientras la pequeña rubia estaba dando una inspección al lugar donde debía entrenar esgrima los próximos años. Tal era su indiferencia que le llamo la atención, ella solo le había dado  una mirada llena de profundo odio, pasando por su lado dedicándole unas simples palabras «Los perros de ese bastardo están por todos lados... Que molesto». Más tarde se llevó la sorpresa de su vida al verlo parado en las puertas del palacio donde ella recidia, presentándose como su escolta personal.