ㅤ❥ㅤ━━━ ❝Por mi hermana
haré perecer a este
ㅤㅤㅤㅤㅤ estúpido imperio,
incluyendo a todo lo
que habita en el❞
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⚜ㅤ
En la primera línea del tiempo solo se habló de como la pr...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La espalda femenina golpeando fuertemente una de las paredes que había en el pasillos, si hubiese estado en sus cinco sentido y de no haberse pasado con las copas del espectacular vino que descubrieron en los almacenes de aquel lugar, he incluso por esos imbéciles que le servían, siendo leales a ella, no hubieran insistido en una competencias sobre: quien se emborracha primero pierde. Es Probable que se arrepentiría mañana, pero el sentir tal toque pecaminoso brindado por la mano masculina de aquel que consideraba su compañero, escolta y amigo, le hacía tener un cuerpo sensible e insistente por más contacto— Ah... —su mirada quedó clavada al techo sintiendo unos incisivos clavarse en la suave piel de su cuello expuesto.
Khalid tampoco parecía irle bien la palabra control en ese momento acalorado, sentía el desesperado picor en sus manos de arrancar los bellos volantes sobre ese lindo corpiño finamente bordado en el vestido que su ama lucía tan espectacular. No sabía cuándo ni como, pero agradecía el atrevimiento de su princesa en usar vestidos con un corte en la pierna, facilitaba el ingreso de su vigorosa mano para pasearse en las extensas y suaves piernas.
Nuevamente un pequeño gemido se escapa de los labios femeninos ante unos cuantos besos siendo repartidos en su cuello, cerrando sus ojos por inercia, dejándose llevar— Ah... Diablos... —maldice entre pequeños jadeos, una serie de alarmas pitando en su cabeza, siendo cortadas abruptamente por el feroz beso que el albino le propinó en sus labios, tomando todo control sobre ella y en conjunto, arrebatándole el mismísimo aliento.
Entre besos y toqueteos sobre las vestimentas de ambos, avanzaron con desespero torpe hasta la habitación femenina, ingresando en ella cerrando la puerta con rapidez— Princesa... —susurro el escolta absorto ante tal belleza bajo luz de luna, su piel parecía brillar, las mejillas descaradamente sonrojadas y labios completamente hinchados. Le hizo acercarse con rapidez hacia ella, tirando de su cintura juntandolos, volviendo a besarla con más necesidad.
Amare fue la primera en retirar prendas del masculino con bastante agilidad, la capa que adornaba los hombros del protector desapareció en medio de la oscuridad que rodeaba su habitación, mientras el albino degustaba nuevamente su cuello y sus manos luchaban con vehemencia en las ataduras del corpiño. Cuando ella ya se había desechó del la chaqueta tirando está en quien sabe dónde, escucho una tela siendo rasgada, pero rápidamente lo olvido al sentir el contacto de cierta mano ajena en su espalda desnuda— Ah~... —así como el poco enojo conciente llego de igual forma fue olvidado.
—Mis disculpas...—murmuro entre jadeos el albino, formando pequeños trazos sobre la suave piel blanquecina, no queriendo dejar ningún rincón de piel sin tocar— ...no pude...encontrar...como desartarlo...odio esas cosas...—hablaba entrecortado mientras repartía unos cuantos besos en el cuello descendiendo hasta la clavícula.
Por parte de la rubia disfrutaba y soltaba unos cuantos suspiro entrecortados cargados de excitación— Me...¡Ah! —soltó un pequeño gritito al sentir los dientes nuevamente del masculino— Maldito....
