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- ¿Ah no? - preguntó tímido.

- ¿Que no era que no estabas? - ambos reímos.

- Solo para ti sí. - respondió divertido

- ¿Entonces me disculpas?

- Se puede decir que sí. - le contesté.

-Pero lo que dijiste y lo que te dije sigue vigente. - cambié mi tono a uno más serio. - Yo no me meto más en tu vida.

- Mikasa... - alargó.

- Ya Armin, dejémoslo así ¿está bien? - no quería terminar mal nuevamente.

- Está bien. - contestó no muy convencido, más bien nada convencido. Pero lo que me había dicho no se me olvidaría jamás.

- Es linda tu novia, eh. - le dije sincera, tratando de cambiar de tema.

- No es mi novia. - rió. - Es la primera vez que salimos, es nueva en la escuela.

- Sí, algo así escuché.

- ¿Jean? - preguntó obvio.

- Y Reiner. - reí.

- Oye... quería preguntarte algo.

- Pregúntame. - le contesté divertida.

- Hoy en el partido, antes de comenzar... - no pude evitarlo y comencé a reír, ya sabía de lo que me preguntaría - Ay Mikasa, tu risa te delata. - se unió a mi risa.

- Lo siento, me fue imposible quedarme callada.

- Estás loca. - aclaró. - ¿Estás consciente de que sí se enteró quien fue?

- Sí, pero no me importa. - era verdad, en realidad me divertía que supiera quien había sido - ¡Armin! - dije recordando lo sucedido con Eren. - ¿Sabes quién me habló? - le pregunté.

- Bueno... solo me preguntó que si estaba bien... - agregué.

- ¿Quién?

- Eren Jeager. - dije con un dejo de emoción.

- ¿En serio? - preguntó riendo.
- Sí... me dijo: ¿estás bien? y yo le dije: Sí y me dice: No parece. - comencé a hablar rápidamente.

- ¿Cuando fue eso?

- Fue después de que tú y yo...

- Mikasa, enserio discúlpame. - insistió.

- Armin... - reí. - Está bien. - le contesté.

- Pero solo con una condición.

- ¿Cuál? - preguntó algo inseguro.

- Que vayas a apoyarme a la prueba de porristas. - sonreí perversamente.

- ¿Prueba de porristas? - dijo bastante extrañado. - Es broma ¿cierto?

- No señor. - contesté risueña.

- ¿Quién te dio esa estúpida idea? - me conocía muy bien. - Tú jamás pensarías en una cosa como esa. - tenía razón, jamás me pasaría por la mente ser porrista. No porque no me guste, sino por la capitana.

- Jean influyó un poco. - reí. - ¿Entonces?

- ¿Crees que me perdería eso? - dijo obvio. - Sabes, yo creo que te estás preparando porque ya sabes que perderás la apuesta, y estás intentando acercarte a Cristha.

- Si claro, Armin. - solté una carcajada -Ya te dije. Ve comenzando con mis trabajos que de un día a otro tendré a Jeager en la palma de mi mano. - colgué.

Tomé de mi closet una camiseta amarilla, unos jeans azul y un par de tennis negros, esta vez iba más deportivamente, ya que hoy haría la prueba.

- ¿Estás segura? - preguntó Armin.

- Un ciento diez por ciento. - le contesté segura.

- ¿Pero para que quieres entrar?
- Ya lo verás. - sonreí perversamente.

Entramos al campo del colegio. De un lado entrenaban los de soccer, del otro los de Americano. La pista que rodeaba el campo, era obviamente utilizada por los corredores, incluso los de la banda practicaban en las gradas.

Logré distinguir a las porristas entre la gran cantidad de gente que se encontraba ahí.

- ¿Que hacen todos ahí? - preguntó al ver a Reiner, Jean y Connie sentados en las gradas.

- No lo sé. - contesté riendo, en realidad no lo sabía. Pero me lo imaginaba.

- Estaré haya arriba. - dijo negando con la cabeza.

Caminé hacia donde el montón de chicas se movían a ritmos iguales, me senté en la primer grada, quedando así de frente a ellas. Apenas Cristha notó mi presencia y su ceño se frunció. Mientras que todas se miraban cómplices entre ellas, no era ningún secreto la pésima "relación" entre Cristha y yo. Me sorprendí al ver a la nueva, siguiendo los pasos de Cristha. ¿Cómo era que se llamaba? Sí. Annie.

Terminaron su rutina, y la mirada de Cristha seguía tratando de aniquilarme. Si las miradas lo lograran, ambas ya estaríamos tres metros bajo tierra. Lamentablemente, ni cosquillas hacen.

- ¿Qué quieres? - preguntó con cara de pocos amigos, no era el momento de ponerme en "mal plan".

- Quiero entrar. - contesté como si nada, una mueca burlona apareció en su rostro al mismo tiempo de que subía ambas cejas. No sé qué me producía más gracia, si su estúpida cara o como todas se miraban entre sí.

- Ay linda... - dijo hipócritamente. - La verdad no creo que lo logres. - curvó su labio inferior hacia afuera. ¿Cómo demonios Joel me cambió por eso?

- No pierdo nada con intentarlo. - me puse de pie dejando mi bolsa en la grada.

- Cierto, a nadie le hace daño humillarse un poco. - con una seña hizo que todas se sentaran.

- Claro... digo, tú debes saberlo por experiencia propia ¿no? - se escucharon las pequeñas risas de todas, pero se detuvieron al sentir la asesina mirada de Cristha.

- Sígueme... - ya estaba molesta. - Si no puedes no te sientas mal, algunas simplemente no sirven para nada.

Just Me And Him [Completa]Where stories live. Discover now