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Rodó los ojos con fastidio y no pude evitar reír, y nuevamente se recostó en el pasto.

- "Que no entiendes que no quiero nada relacionado contigo" - imité su voz y rió por lo bajo. Me enderecé solo para esta vez yo subirme sobre su cadera. - Vamos Eren, debe de haber algo que me quieras preguntar. - dije poniendo mis manos sobre su abdomen. Pero él parecía no escucharme, solo se limitaba a ver el cielo. - Detesto que me ignoren. - me recosté sobre su pecho para decírselo en el oído. Negó con la cabeza.

- Déjame levantarme. - me dijo volteando a verme, no necesitaba que me moviera para poder pararse, si él realmente lo quisiera ni siquiera me diría que me moviera, solo se levantaría.

- No. - canturreé. - Aquí nos quedaremos hasta que quieras hablar. - sonreí. - Tú dijiste que si yo me sacaba la careta, tú lo hacías y yo quiero conocer al verdadero Eren. - le dije mi objetivo y rió irónico.

- Maldición Mikasa. - dijo molesto. - ¡No hay otro Eren!

- ¿Por qué no me dejas conocerte? - pregunté ahora yo molesta golpeándolo en el pecho.

- Ya, ya... - repitió tomándome de las muñecas para que dejara de golpearlo. - Me llamo Eren, tengo veinte años…

- ¿Veinte? - lo interrumpí. - Ves… - logré que me soltara y lo volví a golpear. - Eso no lo sabía. - volvió a sujetar mis muñecas. - ¿Qué haces un año atrás? - pregunté extrañada.

- No te importa. - contestó de mala gana.

- Sí me importa, sino no te estaría preguntando. - le contesté obvia. - ¿Reprobaste? - le pregunté divertida.

- ¡No! - reí por su gesto.

- ¿Entonces?

- Ya, está bien, yo te pregunto a ti. - finalmente accedió. - ¿Responderás cualquier cosa? - preguntó y asentí con la cabeza.

- Con la única condición que después tú respondas todas mis preguntas. - enfaticé todas.

- Entonces no. - sonrió hipócritamente.

- ¡Jaeger qué escondes! - le grité desesperada. ¿Por qué demonios no quería responderme un par de preguntas?

- Nada. - dijo tranquilo.

- Sabes… olvídalo. - bufé molesta haciéndome a un lado. - Solo pierdo el tiempo intentando acercarme a ti. - me puse de rodillas en el verde césped para luego ponerme de pie. - Creo que tú me has rechazado lo suficiente para toda la vida. - tomé mi tacón que estaba aún enterrado en la tierra y cojeando comencé a caminar por el enorme jardín del campus.

Sinceramente cruzaba los dedos porque Eren me alcanzara y me dijera que lo sentía y que respondería mis preguntas pero a eso se le llamaría un completo milagro.

- ¿Qué te pasó? - preguntó Armin riendo mirando mi irregularidad en los zapatos.

- Nada, le enterré el tacón en la cara a Cristha. - dije como si nada abriendo mi casillero

- ¿E-en serio? - preguntó sorprendido.

- No. - contesté. - Pero quisiera hacerlo. - cerré la puerta de un golpe.

- ¿No te los cambiarás?

- No, hace días saqué todas mis cosas del casillero. - había sacado ropa, zapatos y accesorios, ahora solo había libros, papeles y útiles escolares. - ¿Y tú qué haces afuera? - le pregunté mientras comenzaba a caminar junto a él.

- Al parecer Hoffman no se levantó de buen humor. - rió. - Creo que se quedará solo en el salón. - me uní a su risa, también lo había sacado.

- ¿Y cómo te fue anoche?

- Bien. - dijo con una enorme sonrisa. - Cenamos, platicamos, un "quiero que seas mi novia". - dijo galanmente. - Y por supuesto un "claro que sí Armin, eres tan guapo". - reí ante su exageración de la historia.

- Eres un mentiroso. - no podía parar de reír.

- ¿Y tú? ¿Finalmente te rendirás y aceptarás que gané? El inteligente Armin nunca pierde. - dijo con seguridad.

- Pues esta vez…

- Lindos zapatos. - escuché detrás de nosotros la burlona voz de Cristha, me di la media vuelta para verla de frente. Joel la abrazaba por detrás y a los lados como siempre los clones.

- ¿Qué? ¿Te gustan? - pregunté con hipocresía. - Estaba por tirarlos pero si los quieres te los regalo. - sonreí. - Creo que cualquiera serán mejor que esos. - hice una mueca de desagrado al ver sus zapatos.

Ni siquiera puse atención a su contestación porque toda mi atención se enfocó en Eren quien caminaba hacia nosotros con una caja blanca en las manos.

- Ten. - me la entregó sin interesarle los demás. - Espérame en la salida. - susurró en mi odio antes de seguir caminando por el pasillo. Todos miraban sorprendidos excepto Joel que lejos de "sorprenderse" estaba enfurecido. ¡Muérete de celos Joel!

- ¿Entonces? ¿Si los quieres? - solté una carcajada antes de darme la media vuelta y seguir caminando con Armin por el pasillo.








Holaa gente hermosa 💕  hoy les traigo tres capítulos más y también le informo que a partir de hoy trataré que las actualizaciones sean diarias.

Eso es todo por hoy gracias por leer y no se olviden votar y comentar.


Bye<3

Just Me And Him [Completa]Where stories live. Discover now