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- ¿Solo eso?

- Sí, solo eso. - le contesté secamente.

- Ah. - contestó aliviada. - Es que anoche yo creí que…

- Mira chica... - dije ya con fastidio. ¿Por qué rayos insistía en hablarme? - Ya te dije todo lo que tenía que decir ¿sí? No molestes más. - la corté de a una.

- Discúlpame, solo quería ser amigable. - respondió seria.

- Es todo por hoy. - avisó Cristha. - Espero que te las hayas aprendido todas. - se dirigió hacia mí.

- Después de dos horas, sería estúpido si no las aprendiera. - le saque la vuelta y caminé hacia las gradas donde estaba mi bolsa.

- Mañana te entregan tu uniforme y el viernes tienes que traerlo a clases. - su cara de odio hacia mí era tan divertida.

- Perfecto. - le sonreí hipócritamente.

- ¡Amor! - gritó sacándome la vuelta.

No voltees Mikasa, no voltees. Mi voz interior me ordenaba, Cristha solo lo hacía para molestarme y en realidad lo lograba, más no se lo demostraría.

Tomé mi bolsa… y voltee. Como era de esperarse Cristha estaba a punto de tragárselo. Caminé por su lado como si no estuviera nadie ahí.

Sonreí al ver a lo lejos a Eren tirado en las gradas, decidida seguí caminando hacia él.

Echó su cabeza hacia atrás, despeinó su cabello y se enderezó para sentarse bien.

- ¿Qué hice para que tú me quieras hablar? - preguntó entre cerrando sus ojos.

- Nada. - mordí mi labio inferior tratando de no reír. - Solo quiero ser amigable. - que ironía ¿no creen?

- Hay más de trescientas personas en el colegio. ¿No puedes encontrar a alguien más con quien ser amigable?

- Tal vez. - sonreí. - Pero...

- ¿Sabes? - me interrumpió. - Cuando necesite una falsa "amistad" yo te busco. - se puso de pie y tomó una gran mochila, la puso sobre su hombro y salió del campo.

Esto será más difícil de lo que pensé.

Los que no quiero que me hablen, lo hacen. Y el que sí me interesa, me rechaza como yo lo hago con los demás.

Ya no es solo por la apuesta, ahora es personal, Jeager.

- Lo veo y no lo creo. - se burló Armin con mi nuevo disfraz de porrista.

- Cállate ¿si? - le dije riendo.

- Es que ¿porrista? - cubrió su rostro con ambas manos. - Debe ser un buen plan el que tienes. - se cruzó de brazos.

- Eso espero yo. - sonreí. - Si todo sale como lo planeado, mataré tres pájaros de un tiro. - Armin negó con la cabeza. - ¿Irás?

- Claro, tengo que ir a verlas.

- ¿Verlas? - le pregunté indignada.

- Sí. - contestó sonriente. - ¿Celosa?

- Mucho. - le contesté sincera y soltó una carcajada para luego abrazarme.

- Tú sabes que nadie te quita tu lugar. - me dijo e inmediatamente pasé mis brazos por su cintura encadenándolo a mí.

- No sé qué haría sin ti, Armin. - lo solté.

- Ni yo sin ti. - sonrió.

- No me mientas. - reí. - Estarías muchísimo más tranquilo sin mí. - era la verdad.

- Pero todo sería muy aburrido. - ambos reímos

Las clases pasaron rápido, por donde quiera que pasaba, atraía aún más las miradas con el uniforme, seguro todos pensarían ¿Mikasa en las porristas? ¿Con Cristha?

Afortunadamente el llamar la atención no es algo que me ponga nerviosa. Si no mis uñas estarían acabadas.

Tanto las porristas como los jugadores, portaban el uniforme. Era como hacer una promoción al partido.

Dieron las siete de la noche y ya estaba en mi auto conduciendo hacia el campo del colegio contrario. Ahora tocaba ir de visitantes.

Bajé del auto e inmediatamente la fuerte música me arrolló. Grandes cantidades de personas entraban al campo. Reconocía a algunas gracias a los colores naranja y blanco que vestían, otros rojo con azul que eran los colores del equipo contrario.

- Llegas tarde. - me reclamó Cristha

- Son las siete diez. - le informé. - Tú me dijiste que estuviera aquí a las siete quince ¿no?

- Rápido ve y alístate. - me ordenó.

- Ya lo estoy. - sonreí.

- Tu cabello sigue suelto. - reiteró.

- Sí, lo sé. - le sonreí nuevamente, eso la hacía enojar más.

- Claramente te dije que nada de cabello suelto, átalo.

- ¿Y por qué tú y esas gemelas si lo pueden traer suelto?

- Porque yo soy la líder, así que átalo. - me entregó un par de listones blancos y naranjas.

- Ya verás que algunas cosas van a cambiar aquí. - le dije amenazantemente, tomando de mala gana los listones. No podía hacer nada, llevaba las de perder. Ella era la líder.

Me dirigí lo más rápido que pude al baño, hasta que logre encontrarlo.

Entré y me encontré con Annie, no puede evitar reír al verla tratar de hacer una coleta en su cabello. Volteo a verme, sonrió tímidamente y regresó su mirada al espejo.

Tendí mi mano para que me entregara la liga con los listones, hice la coleta en su cabello y de mi bolso saqué un enorme paquete de pasadores. Con los cuales ayudé a sujetar los cortos mechones de cabello que se escapaban, acomodé los listones.

- Listo. - le dije y me sonrió.

- Gracias. - dijo aliviada. - Me estaba volviendo loca.

- No es nada. - le dije seriamente, más no llegando a lo frio, digamos con mi tono natural de hablar. Salió del baño y yo comencé con mi cabello previamente alisado, rápidamente lo até en una coleta alta y puse los listones.

Just Me And Him [Completa]Onde histórias criam vida. Descubra agora