Capítulo Cincuentaicinco. - Fase III, en progreso.

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— ¡Harry! ¡HARRY! ¡GEORGE! ¡NO!

Comenzaron a escucharse los gritos de dolor de Malfoy, a George, que maldecía, un silbato y el bramido del público a su alrededor, pero nada de eso le importaba, lo único que ella quería era poder separarlos antes de que la situación escalara, lamentablemente eso no fue posible. Alguien que estaba cerca gritó «¡Impedimenta!» y Harry cayó hacia atrás por la fuerza del hechizo.

—¿Qué demonios te pasa? — gritó la señora Hooch cuando Harry se puso en pie.

Por lo visto, había sido ella quien le había lanzado el embrujo paralizante; llevaba el silbato en una mano y la varita mágica en la otra, y había dejado abandonada su escoba a unos metros de allí. Draco estaba acurrucado en el suelo, gimiendo y lloriqueando, y sangraba por la nariz. George tenía un labio partido; las tres cazadoras todavía sujetaban con dificultad a Fred, y Crabbe reía socarronamente un poco más allá. Alice aprovecho la confusión para darle un puñetazo en el estómago y un rodillazo a la cara a Crabbe.

— Ríete de esto, maldito idiota. — le susurro en el oído. — La próxima vez que hagas algo como lo que hiciste te juro que destrozare cada hueso que tienes.

Se alejó dejándolo en el suelo mientras se aferraba a su estómago y nariz sintiendo dolor.

— ¡Nunca había visto un comportamiento como éste! ¡Al castillo, los dos, y directamente al despacho del jefe de su casa! ¡Ahora mismo!

Harry y George salieron del campo, jadeantes y sin decirse nada. Alice, antes de ir a hablar con Harry decidió ir con Draco.

— Te dije que no lo molestaras con lo de la canción. — le dijo dulcemente mientras lo ayudaba a levantarse y ambos se dirigían a la enfermería.

— No pensé que reaccionaría así. — dijo con dificultad a causa del dolor. — Me atacaron como una manada de salvajes.

— Lo sé, si querías molestarlo debió haber sido antes de que Crabbe cometiera esa falta. Eso hizo que estuviera de pésimo humor.

— Si... eso fue por orden del capitán. Trataba de dejar a Potter fuera de la competencia.

— Pues creo que lo logró. Según un conocido mío, Umbridge acaba de conseguir más poder dentro de la escuela. Así que es bastante probable que lo expulse del equipo. Espero estén contentos.

— Lo estarán, aunque ahora los partidos serán algo aburridos.

— Si... pero no me agrada. Si tanto quiere ganar que se esfuerce más. — lo llevó a la camilla.

Busco a Madame Pomfrey con la mirada, y al notar que no se encontraba, decidió comenzar a hacer uso de sus, recién adquiridos, conocimientos en medimagia.

— No quiero sonar grosera, pero he visto sus entrenamientos y en comparación a Gryffindor no se esfuerzan lo suficiente.

— Auch... — dijo al sentir como comenzaba a curar su nariz sangrante y ojo morado. — En eso tienes razón. Si yo fuera el capitán me encargaría de entrenar correctamente al equipo. Usaría tus conocimientos en entrenamiento muggle para mejorar la condición y destreza física.

— Suena bien, si quieres puedo ir formando un plan de ejercicio y se lo propones al capitán.

— Dudo que lo acepte. Pero al menos yo podría usarlo. ¿Te parece hacer el programa de ejercicio juntos?

Alice sonrió de lado al terminar de curar su cara. Al ver que no faltaba nada procedió a hacer una revisión general.

— ¿Crees poder seguirme el ritmo?

Dos caminos, un mismo destino.Where stories live. Discover now