Capítulo 21.

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Jaemin estaba nervioso. No podía evitar correr la mirada hacia sus pequeños hijos, que descansaban en los brazos de Renjun y Taeyong. HyeJoo, estaba con Jaehyun, mientras los pequeños Sunoo y Riki estaban sentados a su lado. Jaemin confiaba profundamente en ellos para cuidar de sus hijos, pero la ansiedad lo estaba matando.

Jeno, llevaba una enorme sonrisa, que Jaemin está seguro, jamás vio en su rostro, siendo dedicada para alguien que no fuera su familia. Decenas de personas se reunían allí, con gran ánimo y anticipación al mensaje del rey.

Pero él estaba sinceramente asustado. No sabía como la gente reaccionaría al anuncio de la boda. Solo esperaba que fuera de la mejor manera.

-Mi querido pueblo -comenzó Jeno sujetando su mano con fuerza-. Es maravilloso ver a tantos de ustedes reunidos con anticipación. Hoy, quiero hablar de mi profundo agradecimiento al joven a mi lado. Na Jaemin de Busan, quien me ha bendecido, y así a la nación entera, con dos fuertes y saludables príncipes.

Los aplausos no tardaron en oírse, junto con grandes exclamaciones de alabanza y alborozo. La llegada de un príncipe, siempre era causa de alegría, aún más si eran dos de ellos.

-Pero presentarles a mis amados Lee Jisung y Lee Jungwoo, no es el único motivo por el que hoy los he llamado -continuó-. Mi querido pueblo, pronto tendré a mi lado a un rey consorte. Na Jaemin y yo, nos casaremos este año.

La sorpresa fue palpable. La gente se miraba entre ella, con asombro. Algunos hasta se congelaron en sus lugares. Jeno había declarado libremente su amor y deseo por Jaemin, al decidir convertirlo en su esposo. Demostrando así, que él realmente se había ganado su corazón.

Y sin embargo, el silencio que para Jaemin pareció eterno, no tardó en romperse, con otra ronda de aplausos, aún más emocionados, aún más gozosos.

-En honor a nuestra futura unión, y el nacimiento de nuestros hijos, esta semana será declarada semana de fiesta -anunció-. Se repartirá comida por las plazas que se llenarán de música, y se darán joyas a las mujeres. Adelante pueblo mío, disfruten de la gran felicidad que nos llena estos días.

Inmediatamente, la música comenzó a sonar por todo el lugar.

Jaemin casi corrió a tomar a Jungwoo en brazos, y Jeno hizo lo mismo con Jisung y HyeJoo, quienes se abrazaron a sus padres gustosos.

( . . . )

La música aún resonaba en los jardines, cuando Mark apoyó una mano en el hombro de Jeno. Él lo observó confundido, ante el gesto tan serio que su mejor amigo llevaba en el rostro. Mark se veía preocupado.

-¿Qué sucede, mi buen amigo?

-Creí que al llegar este día, sería increíblemente feliz, pero aunque lo soy, hay dolor en mi pecho.

Jeno frunció el ceño.

-¿Qué es lo que sucede que puede hacerte tan triste como feliz?

-Mi señor, DongHyuck está esperando nuestro primer hijo.

-¿Y cómo podría una noticia tan buena, darte tristeza? -preguntó alarmado.

-Mi señor, él me ha confesado algo que no deja de inquietarme -Mark suspiró profundamente-. Me dijo, que su plan era acabar con su vida apenas marchara hacia la guerra. Pero no lo hizo por el bebé en su vientre.

Jeno frunció el ceño y negó con la cabeza.

-¿Acaso las cosas van tan mal como para que prefiera la muerte?

-He intentado ganármelo por todos los medios posibles -gimió exasperado-. Me he mostrado bueno y caballeroso. Me he abierto por completo a él. Hasta estoy ayudando a su familia enviándole dinero. Pero su corazón se mantiene frío como granizo.

Jeno lanzó un suspiro cansado.

-¿Por qué no lo llevas con su familia?

Mark lo observó extrañado.

-¿Me sugiere que lo devuelva? -preguntó con algo de molestia en la voz.

-¿Qué cosas dices? ¿Devolverlo, con tu hijo en el vientre? Se ha comportado como un delincuente en el pasado, pero ningún omega merece semejante trato -suspiró-. Hablaba de visitar a su familia. Mark, no la ve hace meses, y es aún muy joven. Si pudiera de alguna manera hacer que Jaemin viera a su familia, daría todo lo que tengo por ello. Debe extrañarla. Se ha casado con alguien a quien apenas conoce, no tiene a nadie aquí más que a tí y aún le cuesta verte como su esposo. Necesita de su familia. Quizás entonces su corazón se ablande.

-Entonces mi señor bendeciría tal viaje -meditó en voz alta.

-Por supuesto. Todo lo que sea de beneficio para tú felicidad y de tu futura familia. Mark, eres mi mejor amigo, mi corazón siempre se inclinará con debilidad a todo lo que me pidas.

-Entonces debería preparar el viaje cuanto antes. No deseo que DongHyuck pase un momento más deseando acabar su vida.

-No te preocupes. Haré que te preparen un carruaje y todo lo necesario, cuanto antes. Ve junto a tu esposo y dale la noticia. Partirán mañana mismo.

Mark asintió. A esta altura, iría hasta el otro lado del mundo con tal de que DongHyuck sintiera que su vida le pertenecía. Porque sabía que se trataba de aquello. Él aún se sentía prisionero, y Mark estaba cansado de eso. Deseaba vivir una hermosa historia de amor como la de Jeno y Jaemin, no vivir enredado para siempre en un matrimonio sin sentido. Pero sabía, que gran parte del llegar a ese objetivo, dependía de su esfuerzo por ganarse a DongHyuck. Y él estaba dispuesto a todo por ello. Iba a hacer de su matrimonio una historia de amor, aunque le costara la vida. Iba darle a su hijo un hogar lleno de amor aunque le costara todo el tiempo del mundo.












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