Capítulo VI

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Smallville, Kansas City, 2011

Una semana transcurrió, tiempo necesario para conocerse un poco más, eran mucho más conversadores, compartían más que antes. Todo estaba bien, las excursiones tenían progresos pequeños, pero importantes, encontraron más comida, medicamentos y unos cuántos juguetes en las demás casas. Se habían tomado el tiempo para deshacerse de todos los no muertos que rodeaban el condominio, crearon una larga hileras de pocas en la entrada del mismo, según la pequeña Ruby, todo eso funcionaba en The Walking Dead y, realmente sí funcionaba, caían varios que eran eliminados de inmediato para evitar que atrajeran a más. Siempre que salían se corría la hilera, como si esta fuera en verdad un portón y viceversa. Esa pequeña seguridad les daba un poco más libertad, podían abrir las cortinas, hablar con el tono normal de voz y Ruby podía irse al play ground a jugar con Rocket, claro con un adulto vigilando, una cosa eran los zombis y una muy diferente los seres humanos.

Kara se encontraba afuera afilando su puñal con un paño en su pierna para no ensuciarse, su mano izquierda sostenía el puñal y la derecha le daba filo con una piedra, estaba mirando a Ruby jugar mientras esperaban a Alex que había salido con Brainy a una excursión más o menos lejana. Estaba todo tan silencioso que solo se escuchaban los ruidos de su puñal siendo afilada, sintió unos pasos detrás suyo y sonrió de lado girando un poco su cuello para mirar de quién se trataba, era Lena. La relación entre ambas mejoró mucho el rocío en un valle, hablaban mucho más mientra Kara le trataba con compresas su tobillo doliente, uno ya sano. El secreto que ahora compartían las hizo de cierta manera más unidas, salían juntas a explorar los almacenes que veían —a veces las acompañaba Andrea—, tenían buena comunicación con a pesar de que las bromas habían vuelto a ser irritantes para Lena, aprendió a disparar más rápido que los demás. Desde que se habían deshecho de aquél hombre, ninguno otro apareció intentando asesinarla, ese silencioso relajaba a los demás, excepto para Kara, Alex y la propia CEO.

—Lena, ¿sabes qué le pasa a Samantha con mi hermana? —rompió el silencio con el primer tema que se le vino a la cabeza.

—¿En qué sentido lo dices? —le preguntó sentándose en la otra mecedora saludando a Ruby con su mano.

—Románticamente hablando —si a algo le gustaba mucho Lena de Kara, era su forma directa de decir las cosas—, no me gustaría que empiece a hacerse ilusiones con Alex, mi hermana está casada, no quiero que Sam salga lastimada.

—Así que también lo notaste, ¿eh? —la miró con una sonrisa de medio lado— Sam ha pasado muchos años sola, once años específicamente, sacando siempre adelante a Ruby en todo —Kara asintió con compresión—. Su padre nunca se hizo responsable, a penas se enteró que estaba embarazada desapareció.

—No veo que le haya hecho falta, ha hecho un excelente trabajo sola —miró a Ruby con una pequeña sonrisa—, es una niña muy inteligente y astuta.

—Lo es —sonrió orgullosa—, me temo que también Ruby está muy ilusionada con tú hermana, ¿has visto cuánto tiempo pasan juntas? Es increíble lo bien que se entienden —la rubia asintió con una pequeña sonrisa siguiendo con su trabajo de afilar.

—Cuando Ruby conozca a Esme y a mi hija, presiento que se harán inseparables —Lena sonrió de medio lado mirando hacia el frente.

—¿Nos iremos pronto? —seguía mirando hacia el frente— No creo que siga siendo seguro estar aquí por más tiempo.

—Mañana será la última excursión, me parece haber visto un pequeño centro comercial no muy lejos de aquí —comprobó que el filo fuera el adecuado con sus dedos, sonrió satisfecha con el resultado, lo limpió y lo guardó en su funda—. ¿Quieres venir conmigo? Puedes preguntarle a Andrea si quieres.

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