𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟒: Vine aquí a salvarte

11 2 2
                                    


 ❛ Vuelvo a mirarle la cara a la muerte,

vuelvo a mirar tu reloj pero hoy las agujas no marcan mi suerte


𝟎𝟒.

𝑽𝑶𝑺𝑭𝑰𝑳𝑳 𝑴𝑶𝑹𝑻


—Howell al habla. QRR, requiero un 3-6 en mi 3-5. Repito. QRR, 3-6 en mi 3-5.

La voz de Adama retumbó en la sala repitiéndose una y otra vez desde las radios del Superintendente Merwick, luego en la del comisario Keith Wayne. En otras palabras, estaba avisando que estaba en un peligro inminente, pedía refuerzos y enviaba su ubicación a la central. A todo eso le pusieron el nombre de «pseudopráctica».

—3-13. AT estimado, 3 minutos. —Keith se mostraba especialmente emocionado por los simulacros, esbozando una sonrisa—. Queda activado el modo Charlie. 

El Super, cruzado de brazos frente a ambos, mantenía en su expresión la frustración de todos los días. Verlo con el humor destrozado era la normalidad, tal y como había advertido Keith el primer día de Adama en la isla.

—Ahora avísale que acabas de ver un sujeto enmascarado acercándose a ti. Dile también que empieza a amenazarte.

—Aviso. Hay un 3-4 en mi 3-5. Posible código 2. 

—Informa que acaba de herirte, y solicita asistencia médica.

—¡Auch! —exclamó Howell, y Keith estalló en risas—. Necesito un 3-10 en mi 3-5. Ya.

Merwick decidió unirse al simulacro, trayendo consigo su típico hastío.

—Déjate de chistes. Informa que acaban de aparecer más sujetos enmascarados, incluso armados.

—Código 9.

—Y de repente los hombres te dejan en paz y se van. ¿Ahora qué haces?

—Informo de un 3-12.

—Error. —El Super bufó, cansado.

—Tranquila, Dama. —Keith se tomó el atrevimiento de llamarla Dama de cariño—. No estuvo del todo mal, pero el código de «falsa alarma» se utiliza simplemente cuando malinterpretaste la situación y diste información errónea. En este caso deberías haber informado un 1-4, cancelar la última información sobre que acababan de atacarte, pero seguir pidiendo el 3-6. Todavía no estarías del todo a salvo si esa gente sigue alrededor. 

—Ni tú, ni nadie, maldita sea. —El Super volvió a llevarse las manos a la cara, gesto de estrés extremo, y se las pasó por el cabello para peinárselo—. ¿Entiendes o no entiendes que estás en peligro, Adama? No puedes no tomarte en serio el puto código policial.

—Lo aprendí de principio a fin, sólo me confundo en la práctica, pero...

—Ya está. Es igual —la mandó a callar—. Aprenderás de un modo u otro, así que mantente conectada a la radio todo el día si es necesario, pero hazte a la idea de cómo comunicarte con ella. Es una orden.

—Lo que el Super quiere decir... —intentó suavizar el comisario Keith, pero también fue interrumpido.

—Creo que fui lo suficientemente claro como para que Howell entienda, Wayne. No la tomes por estúpida. —Esto dicho, volvió a otorgarle la dicha de reconocerla como alguien presente en la habitación al mirarla directo a los ojos—. Mañana seguiremos. Será así hasta que lo hagas perfecto.

NEVADA: Las dos caras del malWhere stories live. Discover now