Capítulo 16. Un Corazón Roto

1.4K 178 22
                                    

***

El dolor del corazón es el más complicado de sanar, y en un mundo donde tus animales internos predominan es mucho más complicado de poder llevar, y más si la marca ya está hecha, sentir todo lo que el otro siente es una tortura, y morir de tristeza no era una opción cuando una pequeña vida se forma en tu interior

Izuku lo sabía perfectamente bien pero aun así dolía... existe tres maneras para afrontar un corazón roto, la primera era aprender a vivir con el dolor constante hasta que el alfa marcara a alguien más y la marca omega desaparezca, siempre con el daño de morir de tristeza

La segunda es, que alguien más marcara a Izuku y así su omega interno no sufriría y se viera obligada a enamorarse de la persona que lo marco, aunque sonara tentador para callar los lamentos de su omega y para ya no sentirse miserable, Izuku lo descarto de inmediato... era lo mismo que buscar un remplazo y depender de un alfa para olvidar a la persona que se llevó su corazón con él, y estaba dispuesto a jamás depender de un alfa de nuevo...

Y la tercera, era sobrevivir sin importar cuanto dolor le causara el lamento de su omega y el dolor en su pecho, y para el pecoso esta era la opción que más le favorecía, por más que le doliera, aún tenía alguien a quien protegen, alguien a quien amar con todo su corazón

Izuku se limpió las lágrimas con el brazo que tenía libre para después llevarla a su vientre y acariciarlo suavemente, le dolía horrores el pecho, pero el pequeño cachorro frenaba todos los pensamientos negativos que su cabeza formulaba, giro la cabeza al risco a su derecha... si se tiraba podía opacar su sufrimiento para siempre... sacudió la cabeza mientras negaba una y otra vez

Si alguien le hubiera dicho que sufrir por amor iba a ser tan doloroso no se hubiera dejado marcar ni mucho menos enamorar... pero ya era muy tarde...

- Perdón bebe... mamá estará bien... te lo prometo, saldremos adelante y te amare como lo más precioso que la vida me dio... porque fuiste el fruto del amor que le tengo a tu padre y jamás me arrepentiré de ti amor... - se sentó en un árbol cercano a descansar, estaba cansado tanto física como mentalmente, las lágrimas aun no paraban, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento

El olor a leche tibia lo envolvió cada vez más, como si su pequeño cachorro supiera que su mami estaba mal, el olor era tan fuerte, que hizo sonreír al pecoso, que volvió a acariciar su vientre con cuidado y tarareando una canción de cuna

- Todo estará bien... todo estará bien bebe – repitió en un susurro que el viento se llevaba, el sol comenzó a parecer pegándole en el rostro cada vez más, con cuidado tomo las pieles que llevaba y se puso de pie... no se dejaría llevar por la tristeza... tenía que sobrevivir...

Retomando su camino llego a su antigua cueva, suspiro agotado al ver que tenía que arreglarla, cortar la maleza que estorbaba y modificar su nido... entro con cuidado sintiendo la fría cueva... no pudo evitar llorar... su cueva antes era acogedora y calientita... ahora estaba fría sin ninguna pisca de calor y olor al que tanto se había acostumbrado ya en meses anteriores

Sacudió la cabeza tratando de frenar su llanto sin éxito alguno, la tristeza se convirtió en ira y en un arrebato tanto de su omega como de él comenzó a destrozar la cueva, tirando y desgarrando todo a su paso, su olor se desenfreno era tan amargo lleno de tristeza y enojo que comenzó a expandirse por todo su territorio

Los aldeanos de los poblados del territorio comenzaron a caer de rodillas y con la nariz tapada al punto de sangrar, el olor a chocolate no solo era amargo si no que se sentía quemado... los aldeanos a cómo pudieron se refugiaron... su monarca estaba enojado y si valoraban su vida sabían que no debían de meterse con el hasta que se calmara...

SUMISIÓN "Shigadeku"Where stories live. Discover now