Princeso ➳ʟιzĸooĸ

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   —L-Les pido una disculpa por haberlos hecho esperar demasiado— se disculpó con los mayores—. P-Para mí no es fácil conocer a personas importantes como ustedes que son los padres de Lisa, pero estoy agradecido con la oportunidad de hacerlo.

   Lisa sonrió con ternura con el pequeño discurso dicho por su noviecito. La madre de ésta también sonrió y reprimió una risita al resultarle un poco cómica la situación. Él sí que era algo que no se veía a menudo y eso le gustaba, empezaba a caerle bien.

   —Bueno, supongo que es tu primera vez conociendo a los suegros y eso está bien— mencionó la señora—. Eres un chico muy lindo y supe que eres el indicado al dirigirte a nosotros como personas ordinarias y comunes. Porque siempre nos habían recalcado lo famosos que somos y eso molesta en cierto punto. Así que, tres puntos para ti, JungKook-ssi.

   —Concuerdo con mi esposa— mencionó el padre—. Pero, nos gustaría que nos contaras un poco sobre ti. Así que, ¿a qué te gustaría dedicarte, JungKook-ssi?

   —R-Realmente quiero estudiar muchas cosas, pero me gustaría ser diseñador de modas— sonrió sin mostrar los dientes—. Es algo que me apasiona mucho y tengo un recuerdo muy lindo de mi primera vez cosiendo algo.

—¡Yo te enseñaría con mucho gusto!— exclamó la señora Manoban—. De hecho, estaré dando cursos el mes que viene, ¿te gustaría unirte?

—Oh, gracias, pero... no me puedo costear un curso así...— murmuró con pena. No quería ser maleducado, pero, ¿de qué otra forma podía decirlo sin que sonara cruel?

—Te haré un descuento por ser novio de mi hija— le guiñó el ojo y JungKook mordió su labio nervioso al pronunciar su respuesta a eso.

—M-Me temo que aún así no podré. Lo siento.

Bien, ahora sabían que era pobre y probablemente pensarían que estaba con Lisa por su dinero cuando claramente no es así. Tenía el dinero contado y administrado y ponerle otro gasto como lo era ese curso, realmente no sería una buena idea, sobretodo si el curso lo da una de las diseñadoras más aclamadas y queridas por el mundo.

Pensó que saldría bien todo aquello de conocer a los suegros, pero no estaba yendo por buen camino.

   Vio cómo los padres de Lisa se miraron por unos segundos entre sí.

   —Bueno, en dado caso, me gustaría verte por allá, así que pásate por mi taller la semana que viene, ¿sí?— habló amablemente la señora Manoban, pero la duda en sus ojos se podía ver. Ella quería preguntar algo más, lo sabía. Asintió y agradeció. A lo lejos, escuchó el sonido de un reloj de cocina.

   —La cena ya está lista— se levantó inmediatamente el padre—. Cariño, ¿me ayudarías?— le tendió la mano a su esposa y ésta asintió con una sonrisa, ambos señores se fueron y los dejaron solos.

   —Lo estoy arruinando, ¿no?— su sonrisa se apagó cuando escuchó eso salir de los labios de JungKook. Lo miró inmediatamente.

   —Hey, JungKookie, claro que no— lo miró extrañada—. ¿Por qué dices eso?

—Porque nada está saliendo como planeé.

Lo que JungKook tenía pensado hacer era venir, presentarse ante los padres de Lisa, contarles anécdotas maravillosas de él pero sin mentir, caerles muy bien y que lo adoraran para ya luego irse a casa feliz. Sin embargo, no sucedió así, porque en primera estancia cuando llegó los nervios le ganaron que tuvo que irse corriendo a esconderse en el baño hasta tener el valor suficiente para hablar con los padres de su novia.

—Príncipe, las cosas no siempre van a salir como uno planea— acarició su mejilla, sonrojando a JungKook por el apodo—. A veces hay que dejar que algunas cosas fluyan a su manera, a la suerte. Pero de alguna u otra forma van a salir y no importa cuántos intentos te tome, lo importante es que nunca te rindas. ¿Entendido, mi bello príncipe rosa?

Le dio un beso en la nariz y JungKook asintió sonrojado, comprendiendo lo que le había dicho y sintiéndose bien consigo mismo. Lisa le estaba dando la confianza y palabras que necesitaba, porque, dios, ¿cómo no amarla?

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