Princeso ➳ʟιzĸooĸ

🌺 60 🌺

   Habían pasado varios meses más, en los que casi no habían interactuando mucho por temas de la universidad o laboral. Lo cierto era que JungKook había entrado a estudiar gracias a su jefa HyunA, quien le brindó apoyo para que pudiera seguir aprendiendo y ser oficialmente un profesional.

   —Hola, JungKookie— saludó la azabache con una sonrisa.

   —Hola, Sunny— sonrió y saludó igualmente JungKook.

   Ellos dos habían sido amigos desde que ella lo mencionó y desde entonces habían empezado a llevarse bien y estar con el otro la mayoría del tiempo.

   De igual manera, habían trabajado juntos en casi todos los proyectos que HyunA había asignado. Se llevaban con tanta confianza que podrían hablar de cualquier cosa. Y a pesar de que ahora eran grande amigos, JungKook se seguía sintiendo extraño con ella, no hallaba el por qué, simplemente era raro.

   —¿Quieres ir a un bar esta noche?— preguntó Sunny, mirándolo con detenimiento.

   —No soy de esos planes realmente— negó sutilmente—. Soy más de quedarme en casa y ver películas.

   —Entonces veamos una película en mi casa— sugirió nuevamente y JungKook no podía decir que no.

   —Está bien... solo que no me quedaré muy tarde, tengo clase en la mañana.

   Sunny asintió, sonriéndole de manera extraña y comenzando a tomar medidas en la nueva tela que les habían asignado. Puede que ambos sean muy amigos, pero JungKook tenía un mal presentimiento de ir a la casa de ella saliendo del trabajo. No era que no había ido antes, por supuesto que sí, pero nunca había ido ni se había quedado tan tarde. Le daba mala espina por dónde lo vieras y es que no era para menos, porque Sunny, a pesar de conocerla por ya bastante tiempo, seguía siendo toda una caja de sorpresas.

   Una vez terminaron su turno laboral, cada uno de sus compañeros, y su jefa, se fueron a sus respectivas casas a excepción de JungKook, el cual se estaba subiendo al auto de Sunny para irse a casa de ésta.

   Una vez que llegaron, ambos bajaron del auto grande y blanco de la azabache. Ella sacó sus llaves y las introdujo en el cerrojo de la casa, abriéndolo y entrando a su hogar. Ambos se quitaron los zapatos y Sunny le prestó unas pantuflas para que pudiera andar por la casa cómodamente.

   —¿Pedimos algo para comer?— preguntó ella y JungKook asintió—. ¿Pizza?— JungKook asintió otra vez. Ella le sonrió y llamó al lugar, ordenando el servicio.

   Mientras tanto, JungKook analizaba la casa de la chica. Ya había estado ahí muchas veces antes, pero le seguía sorprendiendo lo grande y espaciosa que podía ser y es que el estilo minimalista era demasiado bonito y le daba el toque.

   —¿Vemos la película en mi habitación?— preguntó sugerente. JungKook frunció el ceño extrañado.

   —¿Por qué razón ahí?

   —La tele es más grande, y ahí podemos estar más cómodos— explicó sencillamente, pero había algo más en sus palabras y a JungKook no le estaba gustando.

El pelirosa nunca se había sentido extraño con Sunny ni nada en todo el tiempo de conocerla, pero había algo en ese día, más bien noche, que lo hacía especial pero no en el buen sentido.

Ambos fueron a la habitación de Sunny y, efectivamente, tenía una televisión grande en la que podían ver el contenido más a gusto; sin embargo, lo que pasó a continuación lo extrañó.

—Espero no te moleste que me cambie— mencionó la azabache empezando a quitarse la ropa, quedándose en ropa interior y con JungKook volteándose para no verla. Sin embargo, el espejo frente suyo se podía reflejar perfectamente el cuerpo de Sunny, la cual tenía facciones delgadas y marcadas, muy similar al cuerpo de Lisa.

Y ahora que lo pensaba con detenimiento, se dio cuenta de que Sunny se parecía mucho a Lisa. Tenía la misma complexión, su rostro era bastante similar al de su novia y Sunny también era muy directa al hablar. No sabía qué pretendía Sunny en ese momento, pero era hora de irse de una vez. Sin embargo, cuando estuvo dispuesto de salir de su habitación para irse a su casa, Sunny lo detuvo. Lo jaló del brazo y lo tiró a la cama, quedando JungKook boca arriba y procesando lo que acababa de pasar.

—Lo siento, Kookie. Es inevitable no resistirse— confesó ella y se subió encima de él.

JungKook no sabía cómo escaparía de esto.