Su vida no había sido fácil por los miles de insultos y palabras feas que recibía a diario. Siempre se preguntaba si actuar de la forma en la que lo hacía era correcto, pues vestirse y maquillarse como una mujer no era muy común en un hombre, sobret...
Eran las once de la mañana cuando Lisa llamó. JungKook se había despertado hacía una hora atrás; sin embargo, se había quedado en cama mirando un rato TikTok. Su corazón bombeaba muy rápido que le era imposible calmar sus nervios. Si bien antes había sido muy tímido y todo le daba pena, pensó que ya no volvería a esa situación al hablar con ella y ese momento era ese mismo instante.
—E-Estoy bien, ¿y tú? ¿Llegaste bien?— respondió mordiéndose el labio por la ansiedad.
—Sí, llegué bien. Perdón por no avisarte. Sinceramente se me fue, pero... quiero mostrarte algo. Abre videollamada— le dijo y él hizo caso, pasando de una llamada a una videollamada con solo apretar el botón de la cámara.
Su rostro se visualizó en el teléfono, se veía tierno con los ojos hinchados y cabello revuelto recién levantado, pero seguía sin ver a Lisa. De pronto ella apareció en su limitado campo de visualización y pudo notar el cambio que se había hecho. Y sintió cómo su corazón sintió bonito y formó un puchero al verla.
—¡Tarán! ¿Te gusta? Lo hice pensando en ti— sonrió, revolviéndose un poco el cabello para que el pelirosa lo apreciara—. Ya que tú no estás aquí, quise tenerte conmigo y me pinté el cabello como tú.
Era lo más hermoso que JungKook había escuchado en toda su vida. Sintió unas inmensas ganas de llorar que se le pusieron acuosos sus ojos. Se sentía muy feliz y por dentro gritaba de alegría. Nadie jamás había hecho aquel detalle por él y sentía que él no merecía a Lisa por todo lo hermoso que le estaba dando. Ella era todo y él solo era JungKook.
No podía dejar de pensar en lo bien que le hacía sentir Lisa en todos los aspectos. Ella era ese rayo de luz en su vida y se sentía muy dichoso de tenerla. Por ende, quería luchar para conseguir y alcanzar sus metas para poder estar a su mismo nivel y probarle tanto a su suegra como a él lo muy lejos que podía llegar. Quería devolverle todo lo que Lisa le había dado y eso era justo lo que iba a hacer. Lo manifestaba.
—A-Ayy, de verdad que te amo demasiado...— sollozó, cubriéndose la cara para limpiarse las lágrimas—. Te ves muy hermosa, Lisa. No te merezco...
—Hey, hey, pequeño, no digas eso. Eres increíble y yo también te amo. Claro que sí me mereces.
Quería decirle lo que su suegra le había dicho, pero dudaba si era lo correcto hacerlo o no.
—N-No, no te merezco porque...— se calló. No quemaría a su suegra, era mejor dejarlo así al menos por el momento.
—JungKookie, no digas eso. Si tienes un problema, puedes contármelo. No quiero que llores y estés triste. ¿No te gustó mi cabello?
—S-sabes que lo amé. Te ves increíble— sonrió—. Solamente estoy sensible porque estamos muy lejos.
Lisa torció la boca, asintiendo no muy convencida.
—Sabes que si sucede algo puedes decirme, ¿okay? Aquí estoy para ayudarte— ella le sonrió.
—Lo sé.
Siguieron hablando un poco hasta que Lisa volvió a dormirse, se había levantado para llamar a su novio y decirle que estaba bien, por lo que era de madrugada y aprovechó que era de día en Corea para marcarle. Sin embargo, estaba muerta de sueño y a JungKook le causó un poco de gracia y ternura al verla dormir plácidamente. Decidió que era momento de dejarla descansar y él de realizar el quehacer de su departamento.
—Dulces sueños. Te amo— y colgó.
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