Capítulo 23

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- ¿En quién? - volvió a preguntar Eijirou

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- ¿En quién? - volvió a preguntar Eijirou.

Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.

- En.... mi.... amigo.... que dejé en California - inventé.

- ¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo - inquirió.

- Enamoramiento no, Eijirou - especifiqué de nuevo, Katsuki sólo se mantenía en silencio pero atento -. Y es.... un amigo, amm.... cercano y... -me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira - y.... a una amiga también le gusta, entonces....

- Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella - completó Eijirou.

- ¡Exacto!

-Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?

- Ella - musité, con pesar.

- Pero tú ya te fuiste de California, ya no importa o ¿sí? - dijo Katsuki, quien había estado como una estatua hasta ahora.

- Eemm....- murmuré.

- Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú solo las cosas y castigarte a ti mismo - interrumpió Eijirou -. Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga - se encogió de hombros.

Me solté a reír y ambos me miraron. Si Eijirou supiera a quién me refería ni siquiera haya dicho lo último.

- ¿Qué es gracioso? - preguntó Katsuki.

- Nada, sólo que.... nada - manoteé con la mano restándole importancia.

- ¡Mira, Izuku! - me dijo Eijirou - ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía? - apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.

- Qué buen gusto tienes Eijirou - concordé -. Creo que le tomaré una.

Saqué con la mano libre la cámara y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímido porque Eijirou aún mantenía su mano atada a la mía.

- Eijirou, creo que Izuku necesita sus dos manos - farfulló Katsuki.

- Oh, cierto. Discúlpame - enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.

Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento y saqué la fotografía.

- Un fiore per il giovane? - musitó alguien detrás de mí.

Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Katsuki, mientras que Eijirou estaba distraído mirando las palomas.

Katsuki me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.

- Quanto costa una? - preguntó.

Manual de lo Prohibido (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora