Capítulo 31

397 40 2
                                    

Me paré para abrir la puerta de mi habitación y Eijirou me siguió

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me paré para abrir la puerta de mi habitación y Eijirou me siguió. En cuanto la madera me dejó ver la escena exterior, deseé cerrarla de nuevo de un solo portazo. ¿Cuántas veces se necesitaba ver la escena amorosa entre Katsuki y Ochako para que mi corazón se rompiera por completo? Me paré en seco y Eijirou detrás de mí.

Katsuki y Ochako se separaron y sus bocas volvieron a ser dos. Algo dentro tironeó mi corazón.

- Perdón - dijo Eijirou, ya que yo me había quedado sin voz.

- Oh, no te preocupes, Eijirou - se levantó Ochako del sofá y se acercó -. ¿Ya te vas? - preguntó, medio consternada.

- Sí - dijo él.

Me empujó discretamente por la cintura, mientras que yo me esforzaba por borrar mi rostro afligido.

Medio reaccioné. Seguí a Eijirou hasta la puerta y él notó mi reacción.

- Nos vemos luego, chicos - dijo Eijirou y dijo adiós con la mano a
Katsuki y a Ochako. Entonces se acercó a mí y me plantó un beso tierno cerca, muy cerca de los labios, rozando sólo la orilla y antes de que se despegara demasiado de mi rostro me guiñó el ojo.

Me quedé parado allí, analizando lo que Eijirou acababa de hacer, o mejor dicho, el porqué lo había hecho.

- Adiós - musité por fin y luego cerré la puerta tras ver la sonrisa de Eijirou.

Me giré y los ojos inquisidores de Ochako me acusaron mientras que los de Katsuki me miraban como si estuviesen furiosos. Pero eso era imposible, ¿no? No puede enojarse tanto por una estúpida rosa. Porque... esa era la razón, ¿no?

Se limitó a intimidarme y cuando lo notó dejó de hacerlo y bajó la mirada.

- ¿De qué tanto hablaron tú y Eijirou? - preguntó Ochako, la curiosidad que siempre había existido en ella ahora me resultaba extrañamente fastidioso.

- De nada importante, ya sabes - me encogí de hombros -, su tío, la cena - dije, divagando un poco - ¿Sabes? Voy a ver si tenemos correspondencia - inventé, para poder escapar un rato de aquel incómodo momento.

- Pero...

No dejé que Ochako terminara e interrumpí el sonido de su aguda voz cuando la puerta me colocó del otro lado, suspiré y bajé con lentitud las escaleras, necesitaba un poco de aire fresco. Llegué hasta el último piso y revisé en el cajón marcado con el 312 para ver si teníamos correspondencia, no había nada más que unos cuantos folletos de publicidad sobre cuentas de banco, a lo poco que pude entender. Arrugué los papeles y los hice una bolita mal hecha, luego salí del edificio y me senté en las escaleras de la entrada en donde deposité las bolitas de papel a un lado, me llevé ambas manos a mis ante brazos, esta noche había decidido teñirse de un azul oscuro y gélido aire. Suspiré, haciendo que el vapor saliera de mi nariz y chocara con el frío.

Manual de lo Prohibido (Bakudeku)Where stories live. Discover now