Capítulo 69

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Fue entonces que me percaté de que una lágrima había escapado de mis ojos y había llegado hasta mis labios

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Fue entonces que me percaté de que una lágrima había escapado de mis ojos y había llegado hasta mis labios. Estaba llorando.

Allí estaba y no era un sueño, una ilusión o una cruel jugarreta de mi mente. Entonces capté que colgando del edificio, había un enorme cartel que decía "Nessuna fuga di nuovo" con grandes letras azules. No sabía qué decía, jamás había aprendido italiano, pero cual fuera el mensaje, me impedía moverme, quería permanecer allí, observándolo.

Hice una comparación, y mi exposición salió perdiendo. Katsuki era hermoso, en todo sentido que pudiera verle; su voz, su rostro, su cuerpo incluso, así usara el atuendo más ridículo del planeta. De pronto, un pensamiento me cruzó por la mente, ¿existía la posibilidad de que él me quisiera a mí? ¿Tan sólo a mí? Tenía que haber una razón por la que en este momento estuviera allí, cantándome esas hermosas palabras que me llenaban el alma, ese "por siempre" que agregó a su melodía, pero, ¿todo ello era verdad? Y si lo era, ¿acaso no seguiría siendo malo? El recuerdo desgarrador que aun no me abandonaba, era aquel en el que veía los ojos hinchados y rojos de Ochako, la tristeza en su rostro y la radiografía de su alma hecha pedazos. ¿Es que yo podía ser tan cínico como para terminar de arrebatarle lo que más amó?

Miré de nuevo a Katsuki y otra lágrima corrió por mi mejilla. Ni siquiera yo mismo me entendía; si él me quería y yo lo amaba más que a mi vida misma, ¿cómo podíamos estar juntos? ¿El dolor de Ochako era el precio a pagar? Me lastimaba querer hacerlo para estar con Katsuki, no podía ser tan egoísta, ¿o sí? Era verdad que había pasado el tiempo, pero aunque para mí fuera eterno, en realidad no había sido bastante. En dos meses nadie sana una herida, y mucho menos si es tan profunda como la que yo había hecho. ¿Es que nunca podría llegar a estar con Katsuki? ¿Ser feliz con él? ¿Tenía que conocerlo? Pero tampoco podía ignorar todo este amor que me quemaba por dentro, me hacía hervir la sangre y que ya hasta dudaba que me cupiera en el corazón o en el cuerpo entero.

Sentí a Shoto a mi lado.

- Dile que no es demasiado tarde - me susurró y la gente volvió a mí alrededor, volví a la realidad que me asfixiaba.

Dí una rápida mirada a Shoto y luego la volví a Katsuki; el murmullo de la gente me hizo perder las voces en mi cabeza, mientras la de Katsuki continuaba metiéndose por mis oídos y llegaba a mi corazón. El suspiro angustiado que solté se hizo visible al empañar el cristal de la ventana, ¿por qué tenía que pensar demasiado las cosas? ¿Volver a escapar sería muy cobarde?

La música paró y junto a ella mi corazón estrepitosamente colapsó en nuevos latidos. Katsuki miró hacía mí y aun a tal distancia, pude sentirme abrigado en el calor de su mirada.

- ¿Qué esperas? - me insistió Shoto, pero ni siquiera yo lo sabía.

Katsuki no se movía, pero el par de músicos detrás de él comenzaron a retirarse, haciendo que la escena pareciera viva.

Manual de lo Prohibido (Bakudeku)Where stories live. Discover now