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Cualquiera podría darse cuenta fácilmente de lo incómoda que era la situación; Soyeon con la cabeza gacha y Yuqi mirando para todos lados excepto a su compañía. Ninguna quería estar aquí al cien por ciento; la mayor sólo decidió buscar a la contraria por sugerencia de Soojin, mientras que la china aceptó conversar más por presión que otra cosa (además Tzuyu se había ido)
—Entonces... ¿Vas a decir algo? ¿O sólo estoy aquí para calentar la banca?— Habló por primera vez la pelirrosa.
Jeon levantó la cabeza al oír su voz, sólo entonces sus miradas conectándose; y miles de sensaciones golpeándoles al instante a ambas. —Uh, no. Pero esto es muy raro y no sé cómo empezar. — Yuqi estaba de acuerdo con eso, definitivamente era raro. —Honestamente, nunca me interesó esto de las almas gemelas. Todos éstos años viví sin preocupaciones y teniendo múltiples citas, siquiera tenía el tiempo como para algo más formal. Entonces me encontré contigo esa noche, en una fiesta que hice, en la que se supone me divertiría con mis amigas, conocería gente interesante y la pasaría bien. No se supone que estuvieras ahí.
La extranjera suspiró. —Por mi parte, creo que siempre viví con la ilusión de conocer a esa persona que el destino marcó para mí. Imaginando la mayor parte del tiempo el cómo sería, si iba a ser una chica, un chico, ambos o ninguno. Pero todo se vino abajo cuando crucé miradas contigo; la anfitriona de esa fiesta que era famosa por vivir de los excesos. — Sin darse cuenta sus ojos se humedecieron, y el corazón de Soyeon se encogió. —No eres lo que esperaba. No eres la persona que se supone serías. No eres lo que quiero. — Yuqi apenas alcanzó a terminar antes de que las lágrimas comenzaran a caer una tras otra.
Soyeon estaba tan confusa mientras veía cómo la menor sollozaba; su pecho dolía y sus ojos parecían querer llorar también.
Nada de esto tenía sentido para ella, pero lo que menos tuvo sentido fue aquel impulso en su interior de abrazar a Yuqi y no soltarla jamás.
소망.
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