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A pesar de seguir viviendo en la misma casa cada vez es más raro que ver a Chile; la hora del desayuno es la única que nunca se pierde, suele tomar algo del refrigerador y luego desaparecer por el resto del día.

Para no perder la oportunidad me levanté antes que él y preparé el desayuno. Parecía que mis manos danzaban con cada cosa que hacian, estaba muy nervioso por desconocer la reacción de mi compañero.

Sea como sea debo intentarlo.

Dejé una nota cerca de su plato y fui al patio de la casa. Cómo aún es temprano pude apreciar el hermoso amanecer.

Mientras lo esperaba estaba sentado en el pequeño e inestable columpio que hacía mucho nadie tocaba. El insomnio me estaba obligando a cabecear.

No sé cuánto tuve que esperar, solo me di cuenta de que ya no estaba solo cuando escuché que alguien se había sentado en el pasto, cerca del juego oxidado.

–Perdón... Pensé que podría mantenerlo en secreto, pero me he dado cuenta que no es justo que te haya excluido... Ayer hablé con OMS y ya tengo una cita, ¿Quieres acompañarme?

–Ya te habías tardado Mex, ¿A qué hora es?
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Ese mismo día fueron al hospital, tenían a México sometido a varias pruebas de laboratorio, cosa que según él valió la pena, pues detestaba sentirse abandonado.

Luego de que le sacaran sangre Chile se encargó de llevarlo a casa sano y salvo, ya que su amigo no estaba en condiciones, la falta de sangre lo tenía algo desorientado.

En cuanto llegaron el chileno recostó a México en el sillón y después contactó a su capital para decirle que estaría más tiempo fuera del territorio, por lo menos hasta que el bebé cumpliera tres semanas de vida luego de darlo a luz.

Las citas al médico nunca dejaron de ser constantes, y de igual manera el latino nunca fue solo a ellas.

Los meses pasaron volando, tanto que solo faltaba mes y medio para que por fin naciera el nuevo integrante de la familia. El embarazo de Chile se dio a conocer cuando tenía medio año de gestación, algunos estaban emocionados y peleando por el titular de padrino mientras que otros tantos no podían creer la noticia, México estaba re haciendo su vida.

Alemania y Rusia eran los primeros inconformes desde que sus ex parejas decidieron casarse, pero que ahora iban a formar una familia les parecía una noticia demasiado surrealista, cada foto en la que ellos salían en público como una feliz pareja de casados la sentían forzada.

A pesar de ser amigos cercanos ninguno había mencionado algo al respecto, solo sabían que estaban igual de afectados con aquella relación.

Japón estaba feliz por su amigo, y hacía mucho que no convivían, así que les organizó una de las características fiestas que suele celebrar México, un baby shower.

–Recuerdame porque estamos llendo a ese carrete...

Carrete: Fiesta

–Porque tu eres el embarazado y porque ella es mi mejor amiga -dijo el mexicano antes de cerrar la maleta

–¿Y si se les ocurre aparecer? Cómo todos nos quieren tanto...

–Tranquilo, Japón sabe que hacer... Le dije que no invitara a Rusia ni a su mejor amigo, ella piensa que negarle la invitación a Alemania es porque no quiero que el ruso tenga noticias mías

Después de esa breve conversación la pareja y sus amigos abordaron un vuelo al territorio asiático. Quisiera poder decir que el viaje fue toda una aventura, pero extrañamente estuvo muy tranquilo.

Hacía poco que Argentina y Brasil comenzaron a salir, y por ende la miel que derraman siempre empalaga a los terceros.

En cuanto llegaron fueron recibidos como reyes, Tokyo era la encargada de llevarlos al lugar donde se celebraría el evento.

–¿Se siente cómodo señor Chile? -dijo la capital desde su asiento en el auto- Puedo hacer que le tengan listo un asiento más cómodo al llegar

–Acabas de achuntarle, si no es mucha molestia

Achuntar: Acertar, apuntar, dar al grano

Tokyo intentó analizar el significado de esa palabra tan extraña, pero no daba con ello. Realmente es un problema entender solo el español mexicano.

El tricolor notó que la capital estaba en aprietos, así que se atrevió a tomar la palabra.

–Dice que sí, que acertaste a su necesidad

–Te dije que hablas como marciano boludo

–Ustedes sigan pololeando y dejen de estar chingando con mi forma de hablar

La confusión abrió todo un hilo de chistes malos en contra del chileno, además de que les parecía gracioso como comenzaba a implementar las jergas de su esposo en su vocabulario.

El trayecto fue corto a pesar de que se veía que necesitarían pasar por varios embotellamientos. Cuando llegaron pudieron ver muchos rostros conocidos que estaban ansiosos por el comienzo de ese pequeño evento.

–Felicidades amigo, al fin estás reconstruyendo tu vida

–Gracias...

–¿Por qué siento que no estás cómodo? ¿Hay algo en la fiesta que te moleste?

–No es eso Japón, es otra cosa, pero no es muy importante

–Se que estás mintiendo, y se que no vas a decir nada-soltó un pesado suspiro- aunque ahí seguiré cuando estés listo para hablar

–¿Cómo se supone que sabes cuando estas enamorado? Lo que tenía por definición de amor se destruyó hace algo de tiempo

–Es mejor no detener a quien quiere irse, ni echar a quien acaba de llegar -silencio- Recuerda que el matrimonio debe ser como las manos y los ojos; cuando duele la mano, los ojos lloran, y cuando los ojos lloran las manos secan las lágrimas

–Me acabas de dar una cachetada con semejantes palabras -dijo mientras volteaba a ver a su esposo- y entiendo el punto al que quieres llegar, solo... no creo que pueda ser correspondido, Chile no me ama

–Si quieres subir y no tienes cómo, inventa la escalera

¿Habrán servido aquellos proverbios de su amiga para aclarar la mente del mexicano? ¿Realmente será que tiene una oportunidad con el que se hace llamar su esposo?

No sabremos la respuesta hasta que regresen a su territorio, ya que los amigos del mexicano comenzaron a gritar su nombre para llevar a cabo uno de los últimos juegos.

Había sonrisas, carcajadas y bullicio por todo el lugar, si el tricolor tuviera que contar todas las veces que ha sentido calma y felicidad junto a Chile sería una lista larga, una larga lista que le encanta repasar porque sabe que hay algo demasiado bueno ahí.

Una segunda oportunidadWhere stories live. Discover now