Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
——————————————————
Charles
No soy una persona malévola, ni mucho menos vengativa. Siempre quiero lo mejor para los demás, incluso si eso significa tener que arriesgar cosas. Me gusta que la gente vaya por buen camino, me gusta ayudar gente para que puedan ser felices. Quiero ayudar a los miles de mutantes que hay en todo el mundo, para que puedan vivir seguros, donde se sientan a gusto y no tengan que cargar con miradas acusadoras o de indiferencia.
Eso quería hacerme pensar, pero desde que Hank descubrió la "cura" para mis piernas no he podido pensar en otra cosa que no sea Cuba.
¿Erik hizo cosas malas?, Si. ¿Debería haber escuchado las súplicas por su parte?, Si. ¿Soy un completo idiota porque ahora ni mi mutación tengo?, también si.
Pero hay algo que me carcome día y noche sin importar que. Su huida. Se que no fui la mejor persona del mundo al prácticamente decirle que dejara de decir incoherencias, y que mejor se dedicara a entrenar. Pero creo que dejaría todo eso de lado y trataría de cambiar esos hábitos. Que ingenuo fui.
-¡¿Charles?!- Hank nuevamente tratando de levantarme el ánimo. -¡Charles se que estas ahí, no hay manera de que te hayas movido!- Era algo como una rutina. Sonaba la primera alarma por 5 minutos, los cuales solo miraba al techo y argumentaba mis propias peleas mentales. Sonaba la segunda alarma por 5 minutos más, hacia lo mismo. Y la tercera sonaba solo 2, era lo que había. Hank me traía un desayuno nuevo cada dia, y trataba de hacerme hablar de mis problemas. Me quedaba aquí por horas sin tener algo en claro, es complicado cuando todos los días tienes un nuevo dilema para ti mismo.
-¡Charles en serio es urgente!- me levanté con pereza de la cama mal hecha hace más de 4 meses, y camine hacia la puerta. Cuando la abri solo vi a Hank con una charola en sus manos y sus lentes chuecos.
-¿Qué?- -so-(ok no)
-¿qué?- pregunte arto. -ella está aqui-
Termino la oración, una simple oración. No puedo creer que tres palabras sacudían mi mente y mi cuerpo, particularmente estómago. Hank lo había dicho fuerte y claro, pero mi mente repasaba esa oración lentamente. Ella. Está. Aquí.
-¿¡Charles!?- sacudi un poco mi cabeza para poder salir del trance en el que estaba -¿vas a venir, o le digo que se vaya?- rápidamente acomode mi largo y loco cabello, esto me llenaba de adrenalina.
Baje las escaleras con sigilo, no quería asustarla o hacerla enojar. No es lo mejor.
Cuando llegue al final de las escaleras, no había nadie. Gire mi cabeza hacia la derecha e izquierda buscando alguna señal de vida de alguien más, pero nada. De la nada alguien Salta en mi espalda brutamente, no sabia si era ella o algún enemigo?
