CAPITULO 63

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Ethan Norris

Katherine me da la espalda y entra al baño sin importarle que sigo aquí, no se que pensar y termino saliendo de su habitación y dirigiéndome a la mía. Al llegar tomo una bocanada de aire y con un nudo en mi garganta trato de asimilar lo ocurrido.

– Regente – uno de mis criados me llama desde la puerta y paso saliva intentando hacer desaparecer el nudo que me impide hablar – tengo lo que me pidió investigar

Aclaré mi garganta – Bien… deja los papeles sobre la mesa y sal de aquí – el asintió e hizo lo que le pedí, se dio la vuelta y camino hacia la puerta saliendo por la misma

Intento liberar mi mente y concentrarme en otras cosas por lo que me acerco a la mesa y tomo los pergaminos en mis manos, me doy cuenta de varias cosas y acontecimientos diferentes ocurridos en cada uno en ellos y me desvelo creando una línea del tiempo sobre las investigaciones, tanto así que amanece y comienza la tarde.

– Johan – llamo a mi sirviente principal y el entra por la puerta mientras hace reverencia – trae al guardia de la princesa, trae a Kelly – ordene pero el no se movió

– Lo lamento regente, pero nadie sabe de su paradero más que su alteza… dicen que está cumpliendo un castigo por su desobediencia

Suspiré – Manda a alguien por el, está en…  – mi voz se corta y las palabras de Katherine resuenan en mi cabeza “Tienes prohibido contar sobre el protocolo a cualquier persona ajena a el” – carajo – me quejo de mi incapacidad de hablar

– Regente… ¿Está bien? – pregunto Johan

– Estoy bien… prepara mi caballo, saldré del palacio

– ¿Gusta que lo acompañe? – se acerco pero lo detuve

– No es necesario, saldré por mi cuenta… ahora haz lo que te digo – dije y el asintió saliendo de mi habitación

A los minutos ya estaba fuera del palacio, comencé a cabalgar por las calles e intentaba pasar desapercibido pero siendo el regente Norris no fue muy fácil, después de algunas horas cabalgando por las calles intentando que nadie mi siguiese al fin llegue al pozo. Esta vez no estaba Katherine para amortiguar la caída desde abajo así que intente recordar lo que hizo Galina la vez que la Vi bajar por su cuenta.

Bajo de mi caballo y me acerco al pozo mirando el fondo – Esto parece un suicidio – suspiré y subí a el mientras tomaba el bote de madera y me metía en el, pero antes de tirarme pude darme cuenta de una piedra un poco salida así que me acerque para mirarla y al hacerlo una tapa de madera cubrió la boca del pozo – mierda… y ahora?

– Tal vez debería bajar por el lado izquierdo – un hombre tras de mí me llamo y me giré para verlo – por ese lado podría subir y bajar con su caballo – continuo

– ¿Quién es usted? – pregunté, sus ojos verdes me llamaron la atención y portaba una capucha negra y su barba canosa se hacía notar

– Yo soy… un recluta del centro de entretenimiento – dijo dudando de sus palabras

– Creí que solo había reclutas jóvenes – conteste al ver que tenía al menos 40 años

– Bueno… hay edad para todo y yo me ofrecí como voluntario – lo examine de pies a cabeza y el solo me miraba con una sonrisa que me causaba intriga – el pozo solo lo usa su alteza la princesa… si gusta entrar con su caballo puede hacerlo por el lado izquierdo, encontrará una roca negra como la noche, es fácil de ver y solo necesita lanzarla al otro lado del muro a través de unas lianas que cuelgan de la pared… las puertas se abrirán y podrá bajar sin problema

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