Estoy nuevamente entre peleas a espada, he perdido la cuenta de cuántas personas he matado pero eso no me detiene a seguir… podré lamentarme después.
Me detengo en seco a mitad de todos al notar como al menos 2 hombre enemigos corren hacia mí.
Esto será divertido…
Aprieto mi espada y el primer hombre de acerca, el intenta cortar a mi cuello directamente pero logro agacharme antes de que pueda dañarme para después golpear su espalda con mi codo y girarme logrando un corte fino desde su hombro hasta la parte baja de su espalda.
No tengo tiempo de pensar pero noto como el segundo hombre se acerca a mí, yo me levanto colocándome frente a el y tiro mi espada de lado.
– ¿Tan rápido te rindes, muñeca? – pregunto arrogante
– Lo siento pero… solo así estamos en igualdad de condiciones, créeme, así te doy un pequeño porcentaje de vivir – sonreí logrando que el se enfureciera. Se acerco a mi e intento un corte vertical pero solo basto con hacerme a un lado para esquivarlo – Uff casi… – me burle
– Maldita – le escuché murmurar
El corrió hacia mí y yo me agache logrando ponerme detrás de el y saque una pequeña aguja de mi cinturón – Me cansé de jugar – le susurre al oído para después clavar aquella aguja en su cuello
Me aleje y el cayó rápidamente mientras se retorcía en el piso, su rostro se volvió rojo pero no tardó mucho y sus ojos se tornaron negros. Observé nuevamente el campo y pude notar como los hombres de Roxana caían sin detenerse, mis tropas casa vez se hacían más fuertes aunque con menos hombres. Comencé a caminar y a lo lejos pude notar un caballo negro con melena de fuego, este tenía un jinete arriba pero no era nadie que conociera, todos miramos aquel caballo hasta que comenzamos a notar que no solo era uno.
Al menos 30 jinetes de diferentes elementos se hicieron notar frente a nosotros, en eso el caballo inicial se paró en sus 2 patas traseras y relincho haciendo que todos los demás caballos corrieran hacia nosotros. Estaba apunto de cubrirme cuando una fuerte explosión estalló logrando así que yo y mis hombres saliéramos disparados a varios metros. Abrí mis ojos y no podía escuchar nada, el zumbido en mis oídos me impedía escuchar, el dolor de mi espalda y rostro me impedía pensar y el sabor a metal en mi boca me distrajo por unos segundos.
– ¡Princesa! – un grito me hace mirar a mi izquierda cuando veo a Arimi corriendo hacia mí mientras se cubría de las explosiones con un escudo cubierto de sangre
– Arimi… ¿Qué estás haciendo aquí? – pregunté aún aturdida – vete de aquí… no estás capacitada
Ella ignoro mis palabras por completo y me tomo por el brazo, me levante con su ayuda y logramos llegar a un pequeño desnivel en el suelo que al sentarnos nos podía ocultar sin problema.
– Princesa… las cosas están mal, los jinetes son experimentados y las catapultas siguen disparando – dijo Arimi mirando alrededor
– No son experimentados – negué pero ella me miró
– Si lo son… los caballos con elemento no existen… se necesita de mucha experiencia para lograr traspasar tu elemento y de hecho los regentes tardaron toda su vida en lograrlo – me corrigió – princesa… han matado a la tropa 1, 2 y 4 casi por completo
– ¿Dónde están los regentes?
– No lo sé, los perdí de vista hace mucho – Arimi siguió observando hasta que una explosión más nos obligó a ocultarnos por completo – alteza… necesitan usar magia, debe dar la indicación ahora – dijo ella y saco una bengala del escudo que portaba
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El elemento Imperium
FantasyEn un mundo donde es normal controlar uno de los elementos (agua, fuego, tierra, aire), pero es anormal controlar todos al mismo tiempo... si ese es mi mundo, mi reino. Después de un incendio que yo misma causé me doy cuenta de que mi vida fue una m...