trece.

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- Gracias por todo, Celia. - Le dije, luego de abrazarla. - Pude practicar mi español contigo.

- Por cierto, se te da muy bien. - Contestó.

Abrazó a Rubén, y tras esto nos miró a ambos.

- Los quiero.

Luego, caminó hacia la revisión de maletas, alejándose hasta que dejamos de verla.

Rubén me tomó por la cintura.

- ¿Vamos por un café?

Las cosas habían vuelto a la normalidad. (Entre comillas, puesto que yo seguía con aquel sentimiento raro).

Le dije a Rubén que el casi beso había sido todo un error, y me disculpó por ello.

Pasamos juntos los últimos días que Celia estuvo en Noruega. Salimos a pasear e hicimos locuras.

Y ahora estábamos solos de nuevo.

~

{NOTA: Si no sabes qué es el Russ, ve este vídeo: http://youtu.be/O4RCWObjsYQ a partir del minuto 2:42}

- ¡BIENVENIDOS A LA INAGURACIÓN DE LA FIESTA DEL RUSS, 2008! - Dijo el director desde la plataforma que había para quienes ambientarían con música. - ¡ESPERAMOS QUE ESTE AÑO SE LA PASEN DE MARAVILLA!

¡Por fin! El día había llegado. La aventura estaba por comenzar.

Uno de mis compañeros subió a aquella plataforma.

- Compañeros, hola. Voy a darles algunas instrucciones muy necesarias. Bueno, primero que nada, a partir de mañana se va a hacer una serie de retos, en los cuales van a poder ganar "knots". Al final de la macro fiesta, quien tenga menos de 100 knots, que es lo normal para convertirse en un "eliteruss", podrá elegir entre hacer tres de los retos más difíciles o los más vergonzosos, los cuales no van a ser revelados hasta tres días antes de que la fiesta termine. Así que... - Comenzó a abrir un sobre. - el día de mañana será el día de cambio de sexo.

Un gran murmullo pudo escucharse en toda la discoteca.

- Así es, compañeros, se van a vestir como su sexo opuesto. Recuerden que quien lo haga va a ganar un knot.

Unas horas después, la fiesta estaba en su punto más emocionante. Todos comenzábamos a bailar, nadie estaba sentado.

Rubén y yo estábamos bailando animadamente.

Él se acercó a mi oído y susurró: "¿Cómo te vestirás mañana?"

Me encogí de hombros, y lo tomé del brazo para jalarlo fuera de la pista.

- Tengo que irme a casa. - Dije.


Rubén no paraba de dormitar durante clase.

Sus leves ronquidos impedían que pudiera concentrarme en lo más mínimo.

Tomé mi lápiz y le encajé el lado con el borrador.

Se quejó y abrió los ojos.

- Joder. - Dijo, en español.

Reí levemente, y seguí "prestando atención a la clase".

No podía concentrarme realmente, porque estaba con ganas de irme a casa ya.

Quedaba muchísimo para salir.


- Me jode que todo esto del Russ sea antes de exámenes finales. - Dijo Rubén, mientras caminábamos hacia mi casa.

- Oh, totalmente de acuerdo. De hecho creo que no deberían existir los exámenes.

- Eso todo mundo lo cree.

Abrí la puerta de mi casa.

Lo que vimos Rubén y yo a continuación nos dejó algo sorprendidos.

La madre de Rubén y mis padres. Comiendo juntos.

- ¿En qué momento? - Pregunté. - ¿Desde cuándo son amigos?

Eso era genial, podía garantizar que Rubén y yo pasáramos aún más tiempo juntos, algo que mentalmente celebré.

- Bueno... No sé. - Dijo mi madre. - Simplemente buscamos a quién invitar y se nos ocurrió que sería buena idea tener aquí a la madre de Rubén.

Rubén y yo nos miramos, cómplices.

Tras comer, ambos subimos a mi habitación.

- Bueno, ¿qué trajiste? - Pregunté.

Él sacó de su mochila una camiseta blanca, un suéter del mismo color, pantalones de mezclilla (que por cierto eran inmensos) y zapatillas blancas.

- ¿Esperas que use eso hoy?

- Oh, claro. Recuerda que a cambio tú vas a vestirme como mujer.

- Pues vale.

- Ah, lo olvidaba. - Dijo, sacando una gorra de su mochila. - Usa esto.

- Bien.

Recogí mi cabello con una malla, tras lo cual me coloqué la gorra.

Entré al baño y me puse toda la ropa de Rubén.

Tuve que usar un cinturón muy apretado para que sus pantalones me quedaran.

Al verme salir, el rió.

- Ni se te ocurra ir maquillada.

Suspiré.

- Bueno. Ahora vas tú.

De mi armario saqué un vestido color beige, que seguro le iba a quedar a Rubén. Bueno, excepto por lo largo.

Se lo puso en el baño, y cuando salió yo me burlé infinitamente de él.

Lo senté en la cama y saqué mi caja de maquillajes.

- Oh, no...

- Oh, sí.

Tomé la base de maquillaje, y se la coloqué. Luego le puse corrector, y me acerqué un poco a su rostro para delinear sus ojos.

Él me miraba atento, y yo comenzaba a sonrojarme.

Tras ello le pinté las pestañas.

- Listo... ¡OH NO! Espera.

Tomé mi labial rojo y comencé a ponérselo suavemente en los labios.

Tenía la necesidad de besarlo.

Pero no podía. La vez que intenté hacerlo, me rechazó.

Así que disimulé y terminé de maquillarlo.

Al vernos ambos al espejo nos dimos cuenta de lo patéticos que nos veíamos, y no nos importaba.


La noche transcurrió en bebida y más bebida.

Rubén terminó con todo el maquillaje corrido.

Pronto yo estaba más borracha que nada. Veía todo borroso y lo único de lo que pude percatarme fue de que Rubén estaba besando intensamente a una chica, y salieron de la fiesta tambaleándose.

Después todo se volvió negro.

Noruega. ✔️Where stories live. Discover now