cuarenta.

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La parte más difícil de tener mi propio apartamento era tener que limpiar todo por mi cuenta. Mamá ya se había ido de mi apartamento, porque su salud había mejorado un poco. Aun así, tenía responsabilidades, ya que debía cocinar para mí sola, lavar los platos, barrer, trapear, limpiar el polvo de los muebles, lavar la ropa, plancharla, doblarla o colgarla, etcétera, etcétera. Pero ya me había acostumbrado.
La ventaja era que podía ser rara sin que me juzgaran. Si quería, podía ponerme a bailar encima de la mesa y no me preocupaba por alguien que me estuviera observando.

Después de limpiar mi apartamento por completo, llamé a un restaurante para hacer un pedido que me llevarían aquella tarde. Mientras miraba mi armario buscando algo para ponerme, con la canción de Basket Case de Green Day sonando de fondo, escuché el timbre sonar.

Me acerqué a la puerta, y la abrí, sin embargo, no encontré a nadie del otro lado. En lugar de ello, había un pequeño sobre azul en el suelo. Lo tomé en mis manos y lo giré para ver el remitente.
"B"
Sonreí ampliamente, entré a la casa y abrí el sobre. Contenía una nota con letra cursiva, decía:
"Antes de que termine el año, quiero confesarte algo. No lo hice en persona porque me falta muchísimo valor. Estar frente a ti diciéndote esto sería lo más difícil del mundo para mí. Así que estoy poniéndolo por escrito. Debo decir que me estoy tardando mucho porque me esmero en hacer que la letra se vea bonita, y que puedas entender lo que escribo. Bueno; lo que te tengo que decir es esto.
Estoy enamorado de ti. No sé si creas que llevamos muy poco tiempo de conocidos, pero me siento muy cercano a ti y cada parte de tu personalidad y de tu apariencia hace que me sienta atraído a ti. Hermosa, por dios, eres hermosa. Tienes esos ojos tan brillantes que se iluminan cada vez que algo te hace reír, o qué haces algo que te gusta. Alzas la ceja izquierda cuando algo no te parece, pateas el suelo con fuerza cuando estás pensando, te acomodas el cabello cuando estás nerviosa. Todas esas cosas me encantan, te hacen tan única, tan especial.
Necesito saber si sientes lo mismo que yo... Si no es así, creo que lo mejor es que me aleje, porque lo que yo siento es muy fuerte y no quisiera tener que verte todo el tiempo sin poder amarte como yo quisiera.
Quiero conocer más cosas de ti, y quiero que sientas cuánto cariño te tengo.
En media hora pasaré por tu casa, necesito que hagas lo siguiente.
Si sientes lo mismo por mí, pega el sobre en la puerta. De ser así, esta noche asistiré a tu fiesta de año nuevo para hablar contigo personalmente.
En caso de que tú no te sientas así, no hagas nada. Probablemente sólo debas tirar este papel a la basura y olvidar lo que te dije, pero toma en cuenta que no dejaré de quererte por ello. No te sientas obligada.

Espero tu "respuesta".
-B "

Maldita sea, los recuerdos iban a empezar...

Me estremecí al sentir los brazos de Rubén rodeándome.
- Tengo un último propósito que cumplir antes de que este año acabe. - Dijo.
Lo miré algo confundida e hice un gesto para que me explicara.
- No he besado nunca a nadie, ___. - Confesó. - Me da vergüenza decirlo. Pero es verdad...
- ¿Pretendes besar a alguien antes de que termine el año? - Pregunté.
- Pretendo besarte a ti antes de que termine el año. ¿Puedo?

Sacudí mi cabeza y fui a buscar la cinta para pegar la nota en la puerta.

-

Negué con la cabeza nuevamente cuando Shelby me preguntó si todavía había cerveza.

Caminé hacia la puerta pasando entre la multitud de gente reunida en mi sala, para salir de allí y sentarme por un momento en la banqueta. Billy seguía sin llegar, así que simplemente me quedé allí con los ojos cerrados.
Pronto sentí una mano acariciar mi hombro, y abrí los ojos para encontrarme con él. Me sonrió y se sentó a mi lado.
- Hola.
- Hola... - Le saludé.
Estaba algo sonrojada, verlo a la cara después de enterarme de lo que sentía por mí fue algo muy raro.
- ¿Cómo te va? - Preguntó, soltando una risa.
Giré los ojos mientras carcajeaba y le miré.
- ¿Vas a esquivar el tema? - Cuestioné, tomándolo por la mejilla.
Billy me sonrió y llevó su mirada a mis labios antes de negar con la cabeza.
- ¿Te gustaría... - Susurró, acariciando mi nuca, estaba demasiado cerca de mí. - ser mi novia?
Le sonreí y asentí con la cabeza, para luego acortar la distancia que había entre nosotros.
Billy besaba mis labios con ternura mientras acariciaba mi cintura con una mano y mi mejilla con la otra.

Y por primera vez en meses, me sentía feliz en general. Simple y sencillamente estaba feliz.

Billy y yo entramos a la casa tomados de la mano, cosa que notó Shelby al instante. Ella me guiñó el ojo y alzó su pulgar en aprobación.

Yo no podía dejar de sonreír, sentía que alguien me quería genuinamente, y que sabía demostrármelo.
Billy era un chico muy especial y yo creía firmemente en que él iba a terminar de sanar mi corazón.

Después de cenar algo, Billy y yo salimos nuevamente, pero esta vez había más gente afuera.
Alrededor de las 11:50, mi teléfono comenzó a vibrar.
- Oh, espera. - Le dije a Billy, quien me tenía tomada de la cintura. - Creo que es mi madre, dijo que iba a llamarme esta noche para compensar su falta. - Reí levemente y me alejé con el teléfono en mano.
Lo descolgué mientras miraba el pasto bajo mis pies.
- ¡Hola! - Dije, segura de que se trataba de mi madre.
Ella suspiró pesadamente, y escuché un carraspeo.
- ¿Hola? - Repetí, ahora en forma de pregunta.
- Hola...
Alcé la ceja.
- Uhm...
No podía articular ni una palabra.

- Soy Rubén.

Noruega. ✔️Where stories live. Discover now