XXVI

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—¿Quién eres tú?

—Laibell, representante de la tribu de hembras —pronunció seria la castaña, siendo custodiada por dos hembras, cada una a sus lados—. Quiero hablar con el jefe de oficiales de Eritma.

—Moses no atiende a nadie a menos que tenga cita previa, especialmente si vienen de Kanat'ma —gruñó el oficial.

—Llama a tu jefe, no lo repetiré de nuevo.

—¿Y si no lo hago que se supone que harás? —sonrió divertido.

—¿Qué haré? Le cerraré todas las putas fronteras a Eritma, su comercio quedará tan nulo, que tendrán que comerse entre ustedes para sobrevivir, y los que logren sobrevivir, serán exiliados a Iosopal, donde no aguantarán ni una maldita semana —pronunció con rabia, acercándose a él—. Desmantelaré todo este desierto y de Eritma, va a quedar solo su historia ¿Lo entiendes? No me provoques, yo represento el sesenta por cierto de la isla.

—¿Qué es todo este alboroto? —preguntó Moses llegando a la mesa de entrada, observando serio a dos oficiales de la guardia de los líderes.

¿Por qué ellas estaban allí? Los líderes kanatitas estaban encerrados en Kanat'ma, no en Eritma.

—¿Tú eres el jefe de oficiales? —preguntó Laibell dirigiéndose al rubio.

Moses la observó, sintiéndose... Perdido por un momento. Tenía una mirada tan penetrante, tan profunda, y tanto peligro destilaba, tanta seguridad en si misma, tanto poder.

—Te estoy hablando —gruñó la castaña, mirándolo fijo a los ojos.

—Sí, ese soy yo, Moses ¿Qué buscas con tanta altanería en mis tierras?

—Hablar contigo. Mi nombre es Laibell, representante de la tribu de hembras, y próximamente, representante oficial de Kanat'ma, líder máxima de la isla.

—¿De qué estás hablando? —sonrió divertido—. Si el líder es Irat'keli.

—La isla siempre fue representada por las hembras, nosotras somos el número máximo de Kanat'ma, y elegimos a Laibell como nuestra líder. Por consiguiente, la líder también de Kanat'ma —habló una de sus oficiales—. El nombramiento oficial de nuestra líder será realizado en la ceremonia de apertura del kok'ta anual. La familia de Kumi ya no está a cargo de la isla.

—Bien, hablaré contigo, pero a solas. Tus oficiales pueden esperarte aquí.

—Ella no entrará sin nuestra custodia a ningún lado.

—¿Temen que yo pueda hacerle daño? Estamos por igual de condiciones ¿No es así? —sonrió Moses—. Solos ella y yo hablando en una oficina, como líderes civilizando buscando lo mejor para todos.

Laibell lo observó y luego miró a sus oficiales, diciéndoles que la esperaran afuera. Acompañó al rubio hasta la oficina, y fue la primera en ingresar, antes de que el muchacho cerrar la puerta, ofreciéndole asiento.

—Lamento el mal momento, debo admitir que me tomó por sorpresa no sólo tu visita, sino también el hecho de saber que eras considerada como la líder de hembras. Hasta hace un mes atrás, siempre nos dirigimos a Kanat'ma mediante Kumi o sus hijos —le dijo Moses sirviéndole un poco de vino en una copa—. El mejor de Eritma.

La jovencita tomó la copa y observó el vino, con desconfianza, antes de mirar a Moses y volver a dejarlo sobre la mesa.

—Es sólo vino —sonrió.

—No bebo este tipo de cosas. Y me visita aquí no es para beber justamente contigo. Hace dos semanas los líderes de Kanat'ma y su hijo fueron encerrados. Quiero saber que avances hay en la investigación de los hechos. Los abogados se niegan a hablar conmigo, ya que están bajo las órdenes de Irat.

—Exacto, lamentablemente, yo no puedo informarte nada.

—Comprendo, imaginé que sería así —sonrió falsamente, tomando el bolso que colgaba de su hombro.

Sacó una carpeta gris que guardaba allí, y la colocó en frente de Moses, abriéndola.

—¿Tienes idea de que lo es esto? Estoy segura que no —le dijo, interrumpiéndolo sin dejarlo responder—. Son los primeros registros que me han llegado de la investigación de los actuales "líderes" de Eritma. Y sí, esta es mi forma de demostrar los crímenes de LESA humanidad que han cometido tanto Lashel como sus seguidores. Y por lo que veo en esta lista, tú también estás involucrado, Moses —sonrió, señalando su nombre en la lista—. Esto ya no formará parte de la investigación, ni de la justicia de Kanat'ma, es ahora es internacional. Se está por dar una orden de captura para todos los nombres que figuran aquí.

Moses endureció sus facciones, observando la carpeta y luego a ella.

—¿No se supone que tú estás en contra de la familia de los líderes?

—No te equivoques —sonrió divertida—. Mis problemas personales con los antiguos líderes, no nublan mi juicio. Yo lo único que quiero, es justicia para todos. Si los líderes de Kanat'ma serán juzgados por sus actos, los de Eritma, los de la isla Helada, y todos aquellos que son culpables de hechos delictivos, también lo serán. Me ha llegado un informe del primer médico que atendió a Noaelí y Araza Kirash en Iosopal, dónde diagnosticó a Noaelí con la "Fiebre roja", y eso ustedes no lo presentaron. Esto, es una prueba clave en el caso. Esto cambia completamente la dirección del mismo.

—¿Qué es lo que quieres, Laibell? ¿Qué es lo quieres conseguir? ¿Qué levantemos los cargos contra los líderes y Noaelí?

La jovencita se puso de pie, y le dejó una copia del informe y declaración del médico iosopalí que atendió a Noaelí sobre la mesa.

—Sólo quería ver qué tan honestos eran en Eritma. Y me doy cuenta que no conocen esa palabra. Todo lo que dije es real, la orden de captura ya fue emitida. Y en dos horas, Noaelí será trasladado a Kanat'ma, dónde debe estar.

—Acabas de firmar tu propia sentencia —gruñó el rubio—. No tienes idea con quiénes te estás metiendo.

Laibell se acercó hasta Moses, parándose en frente de él, mirándolo fijo a los ojos.

—Claro que lo sé, me estoy metiendo con la basura de Kanat'ma. Me estoy metiendo con asesinos, narcotraficantes, mercenarios —pronunció en un tono bajo, levantando un dedo de su mano por cada palabra—. Contrabandistas, ¿Cuántos títulos más tienen? Me es irrelevante  —sonrió—. Pero como líder, voy a limpiar estas tierras, y volverán a ser lo que fueron hace más de veinte años atrás. Ni tú, tus jefes, ni nadie, me harán retroceder ¿Lo entiendes?

—Nadie está limpió de pecados —le dijo mirándola a los ojos—. Tú también debes tener tus propios secretos.

—Investiga todo lo que puedas desde una celda —rio bajo—. Por algo me eligieron como líder. Estoy más limpia que las aguas de Kumi'et.

...

Princesa de Eritma Where stories live. Discover now