XXXVI

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—Cuando te vi por primera vez, eras una bebita muy pequeñita, demasiado chiquita. Y papá tuvo mucho miedo en ese momento —le habló mientras le cambiaba el pañal, y Giassy lo observaba atenta, tranquila con su chupón—. Y todos los días, iba a verte, a pasar tiempo contigo, pidiendo al cielo que te pusieras muy fuerte. Cada gramo que el doctor nos decía que aumentabas, era una celebración para nosotros, era un día menos en el hospital.

Le abrochó el enterito, y la tomó en brazos, besando suavemente su frente.

—Eres muy amada, Giassy, nunca lo olvides. Creí que a la única mujer que amaría en mi vida sería a tu mamá, pero creo que me equivoqué —sonrió.

Bradek ¿Puedes venir a la sala?

—Voy en un momento —pronunció desde la habitación de los niños.

Araza estaba en la sala con su hijo varón, y él había ido hasta la habitación a cambiarle el pañal a la bebé.

—Cuando seas grandes, no olvides que debes ser una niña buena, educada, respetuosa, amable —le habló en un tono suave, siendo observado por la atenta mirada de la pequeña—. Pero sobre todas las cosas, no olvides nunca que papá te ama mucho.

Al llegar a la sala, observó aturdido el tipo que estaba en la puerta, hablando con Kirash. No podía ser cierto, no podía ser verdad... No era justo.

—Ven Noa —sonrió Araza, guiándolo hasta Bradek—. Quiero que conozcas a Giassy.

Bradek observó a Noaelí, y luego a Kirash. ¿Así como si nada lo traía a la casa? ¿Sin siquiera avisarle? ¿Sin siquiera decirle?

—Bradek ¿Puedes darle la niña a Noaelí?

—No —pronunció sin soltarla, antes de mirar a Kirash—. ¿Qué significa esto?

—¿Cómo que qué significa esto? Noaelí volvió a la isla, y vino aquí a conocer a su hija.

—¿Me estás jodiendo, Araza? Este tipo renunció a Giassy hace mucho tiempo, pasó prácticamente un año desde que se fue ¿Y te piensas que tiene algún tipo de derecho sobre mi hija? No.

—¿Tu hija? —preguntó confundido Noaelí—. Esa niña es mi hija.

—Tú no tienes ningún tipo de derecho sobre mi hija —gruñó en advertencia.

—¡No seas ridículo, Bradek! —bramó furiosa Araza—. Ya déjate de estupideces y dale la niña a Noaelí. ¡Tú no eres su padre!

Los miró furiosos a ambos, y antes de poder reaccionar, el llanto de la niña lo detuvo. Miró hacia sus brazos, y se dió cuenta que no la tenía allí.

—Brad ¡Despierta!

Abrió los ojos, confundido, y observó que estaba en la sala de la casa de Kirash. La castaña estaba cargando a la bebé en brazos, quién no dejaba de llorar.

—Lo siento, no quería despertarte, pero Giassy se despertó, y Tahet también, y no puedo sola con ambos.

Se sentó rápidamente y tomó a la bebé, acunándola en sus brazos, besando suavemente su frente, sus mejillas.

—Ya mi amor, aquí estoy, tranquila —le dijo en un tono suave, escuchando como se quejaba—. Eso es bebé, tranquila.

Kirash sonrió suavemente y regresó a la habitación, para tomar al niño.

—Tuve un sueño horrible en donde querían alejarte de mí —le dijo dándole su chupón, calmándola mientras la llevaba a la cocina, a preparar su biberón—. Tú eres mi bebita, no importa lo que digan los demás.

***

—No puedo creer que ya se hayan dormido ambos —sonrió con cansancio Araza, acostando a Tahet en su coche, tapándolo suavemente.

Observó a Bradek, que aún tenía a Giassy en brazos, mientras besaba suavemente su frente, y le acariciaba la espalda, ya que la bebé estaba acostada sobre su pecho.

—Mi padre siempre dijo que las niñas y sus papás, tienen una conexión especial. Él dice que yo sólo me calmaba cuando él me tomaba en brazos, y no le creí. Pero comienzo a creer que es verdad, ver a Giassy como se tranquiliza contigo, como le gusta estar contigo, lo afirma.

—No soy su padre biológico, pero la amo como mía —le dijo en un tono bajo.

—Lo sé, a veces siento que amas más a Giassy que a Tahet, siempre la tienes a ella en brazos. Sólo basta que emita un quejido, para que salgas a su rescate.

—No es que la ame más, pero tuve mucho miedo cuando nació, y valoro cada minuto que pasa conmigo. Era tan pequeñita, y superó todas las adversidades.

—Tú lo dijiste, es una niña muy fuerte. ¿Ahora podrías prestarme un poco a mi bebé? Yo también la quiero cargar —sonrió divertida.

El rubio le dió un último beso en la frente, y con cuidado se la dió.

—Ahora entiendo porque llora tanto cuando no estás, si huele a ti nomás —rio bajo.

—¿Puedo pedirte un favor?

—Claro ¿Qué pasa?

—No la alejes de mi, Kira, por favor. Yo sé qué tú amas a ese tipo, y que desearías que ambos niños fueran solo de él, que él estuviera aquí en mi lugar. Pero yo los amo, los amo a ambos. No alejes a Giassy de mi cuando él aparezca.

—Bradek, yo jamás la alejaría de tí. Lo único que quiero, es que él sepa que la bebé nació, que está bien. Y si quiere conocerla, puede hacerlo.

—¿Y si quiere formar parte de la vida de ella?

—No puedo negarle eso. Y aunque eso ocurriera, tú seguirías siendo su papá, eso nadie lo va a cambiar. Para ella, tú eres su padre, eres lo único que ha conocido hasta ahora, y tiene un gran lazo contigo.

—Tal vez cuando ella sea mayor, vea las cosas de otro modo, y lo elija a él —pronunció bajo.

—O tal vez los quiera a ambos, Bradek. Deja de ser tan pesimista. Además, Noaelí aún no responde mis mensajes, y hace un mes intenté conectarme con él. No creo que responda, comienzo a aceptar que su hija realmente no le importa.

Bradek observó a Giassy dormir en los brazos de Kirash, y se quedó en silencio. Sabía que estaba siendo egoísta, pero no le importaba. Y para él era lo mejor que se diera de ese modo, que Noaelí no apareciera.

...

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