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"Ha sido cordialmente invitado a la ceremonia de unión entre: Xiao Zhan y Wang Darren".

Zhan había estado ahí sentado metiendo las invitaciones en sus sobres durante una hora entera. Ya se había cortado con el papel, tiene un leve dolor de cabeza y, posiblemente se encuentre de mal humor.

Solo reconoció unos ochos nombres en dichas invitaciones. Cuando le mostró su pequeña lista de invitados a Darren, justo antes de ir a la imprenta,
Darren le mostró su propia lista. Cuatro páginas llenas por ambos lados.

—¿Conoces a cada persona en esa lista?

Darren simplemente respondió—: Si.

Y después la idea de Zhan, una boda pequeña e íntima, fue suprimida y convertida en el evento social de la temporada. Porque Darren conoce a mucha gente. La gente lo conoce. Su nombre es reconocido. Tiene una reputación. Eso es lo que ser rico causa, el tener poder, el ser heredero de riquezas generacionales, pero él no es solo eso. Obtuvo todo con méritos propios.

Cuando anunciaron su boda, el primo de Darren, un bastardo llamado Lay, pidió a Zhan un momento a solas. Lo empujó dentro de un baño y le dijo –arrastrando las palabras debido a su estado de embriaguez-: "Tú no eres bueno para él, de ninguna manera, niño". Zhan, con todo el derecho le dijo a donde podía irse y comenzaron una pelea que –vergonzosamente- la tía de Darren tuvo que detener. Pero las palabras de Lay vuelven a repetirse en su mente tan a menudo que le es imposible ignorarlas cuando Zhan se ve a sí mismo como un chico cualquiera y de bajos
recursos.

Su relación es la definición de un romance relámpago. Tan es así que apenas ha tenido oportunidad de procesar todo.

Conoció a Darren en un bar gay hace seis meses, un bar elegante y caro al cual él había evitado asistir por miedo a ser señalado, pero su amigo Cheng lo había invitado. Estando ahí en el bar, este hombre se le aproximó. Era alto, pelinegro y carismático. Le compró una bebida, lo llevó a la pista de baile y le dijo que estaba ahí de fiesta para despedir a un amigo y que ese amigo se había marchado ya pero que él buscaba un poco más de diversión.

No hubo duda alguna para Zhan, él sería esa diversión.

Darren llevó a Zhan a su apartamento. Un elegante lugar como los que salen en programas de televisión. Y follaron salvajemente y sin limitaciones, tres veces antes del amanecer. El plan de Zhan era marcharse antes de que la mañana llegase pero Darren insistió en invitarle a desayunar, después a cenar y... dos semanas después tenían una relación.

A Darren parecia no importarle Zhan viviera en un viejo y pequeño apartamento, que trabajara como conserje en un almacén cercano o que no tenía nada que ofrecer excepto sus impresionantes habilidades sexuales. Él, aceptó a Zhan tal cual era y le mostró su propio mundo lleno de luces brillantes, dinero, costoso champagne y negocios.

Darren trabaja en algo relacionado con el modelaje y entretenimiento, pero Zhan nunca ha entendido como es que tiene tanto dinero sin haber tocado la fortuna de su familia. Cuando preguntó, él le dijo que utilizó sus propios métodos y recursos para salir adelante por sí mismo, aunque nunca le explicó a que se refería con eso.

Darren le propuso matrimonio cuatro meses después de conocerse, al siguiente día le entregó la llave de un local comercial y un cheque por la cantidad necesaria para convertir el lugar en una cafetería. Diez días después lo llevó a un lindo apartamento y le dijo que lo compró para ambos. Ahora Zhan no solo tiene un guapo prometido, también posee su propio negocio y un hermoso hogar, cuando hasta hace unos meses todo lo que tenía era un viejo apartamento y apenas podía pagar la renta.

Continúa pensando que su novio se
desvanecerá un día o se marchara con alguien mejor.

Tanto pensar lo tiene mareado, además ya está harto de meter invitaciones en sus respectivos sobres.

Darren entra en ese momento con el teléfono pegado al oído y el ceño arrugado. Solo viste sus bóxers, así fue como se quedó hace una hora, rendido y tendido en la cama, pero al parecer esa satisfacción se ha desvanecido ya. Darren termina la llamada y suspira.

—¿Qué pasa? —Pregunta Zhan, está encantado de tener un descanso de su labor con las invitaciones.

Darren suspira de nuevo, se deja caer contra el sofá y recarga la cabeza en el hombro de Zhan.

— Intento localizar a mi amigo.

—¿Cuál amigo? —no conoce a la mayoría de los amigos de Darren. No han estado juntos el tiempo suficiente y, no se relacionan mucho con nadie más. La única vez que estuvieron rodeados de sus amigos, fue en la fiesta de compromiso, con el adorable Lay y sus palabras de desprecio, pero Zhan casi no recuerda rostros mucho menos nombres.

—¿Recuerdas la noche que te conocí? La fiesta de despedida fue para él.

Zhan recuerda esa noche mientras Darren toma una invitación y la examina.

1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora