8.

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La siguiente semana es muy incómoda. Todo ha cambiado. Zhan es dolorosamente consciente de lo que hay entre ellos, y no puede escapar sin importar el número de distracciones que intente.

Lo han hablado en voz alta, trayéndolo a la deslumbrante luz de la realidad

Ellos actúan con sumo cuidado alrededor uno del otro, evitando cualquier agitación. A Yibo parece molestarle todo ahora, hay tensión en todo lo que hace, todo lo que dice. Al parecer el simple hecho de tener que mirar a Zhan le enfurece, y sin embargo no puede mantenerse lejos. Discute por cualquier razón y aún así, desliza una mano sobre la parte baja de la espalda de Zhan al pasar junto a él. No habla cuando se sientan juntos en la noche mientras miran la televisión, pero se sienta cerca, y siempre hay algún tipo de contacto, y es como si odiase cada momento, pero sigue deseando más, desafiándolo, llegando al límite.

Sus ojos miran a Zhan por donde quiera que se mueva, siguiéndolo con la mirada mientras cocina, limpia o se va para ir a trabajar. Cuando Zhan está en la cafetería a veces mira hacia a fuera y encuentra a Yibo caminando lentamente por delante de la ventana, mirando hacia adentro.

Y debajo de la superficie, Zhan se siente culpable, porque Darren ha hecho tanto por él y no se merece esto, no se merece lo que está sucediendo a sus espaldas.

Darren trabaja demasiado en el período previo al Año Nuevo, porque se tomara las dos primeras semanas de enero para su luna de miel, dice que quiere dejar las cosas terminadas así no tendrá que preocuparse durante su descanso. Pero deja a Zhan con Yibo, solos en casa la mayor parte del tiempo, y ambos están al límite entre tanta tensión provocada por el silencio de lo no dicho.

Sabe que Yibo hace el esfuerzo de estar ausente tanto como le es posible, pero cuando está en casa las cosas son tensas, de la manera más dolorosa y exquisita a la vez. Zhan no puede respirar, siempre en el borde, siempre en espera del siguiente ataque de ira de Yibo, a la espera del próximo roce lento y deliberado.

Las cosas llegan a un punto crítico una noche, finalmente, tras el desarrollo de una discusión en la cocina. Zhan ni siquiera sabe porque están discutiendo, pero provoca a Yibo lo suficiente como para que este tome a Zhan de las caderas de repente, empujándolo contra la barra.

—Ni siquiera me has preguntado acerca de él —sisea y no tiene nada que ver con lo que estaban discutiendo, esta acusación arrojada por Yibo suena como si la hubiera estado conteniendo, manteniéndola encerrada en la jaula de su cerebro.

La cabeza de Zhan sigue dando vueltas por el abrupto cambio de tema y la dura superficie clavándose en su espalda.

Los ojos de Yibo son como una tormenta llena desesperación.

Su voz apenas se escucha cuando dice: —¿Qué?

Los dedos de Yibo aprietan en sus caderas, y muestra los dientes por un instante.

—Nadie conoce mejor a Darren que yo, y sin embargo nunca, ni una vez me pediste que te contara alguna historia sobre él —inclina la cabeza hacia un lado, acercándola a la de Zhan—. Su infancia, —añade bajando la voz a un murmullo— Como era al ir creciendo. Lo que solía hacer, los lugares a los que íbamos, los años de escuela. — Sonríe de forma cruel—. Todas las cosas que un hombre enamorado querría saber acerca de la persona con la que se va a casar.

El pánico invade a Zhan y quiere escapar, pero no puede moverse.

—Eso no quiere decir nada.

—¿No? —Yibo eleva la voz con ojos brillantes como fuego ardiente —Tú has querido saber todos los detalles de mi vida.

—Estaba intentando conocerte —diceZhan,casi suplicante— Eres el mejor amigo de Darren.

Yibo resopla y ríe con amargura.

—Ese es tu manto de seguridad. Parloteas repitiendo lo mismo cada vez que las cosas se ponen un poco peligrosas.

Zhan entorna los ojos, porque esto se siente como un ataque personal, y no está interesado en ser expuesto de esta manera.

—Lo repito, porque es lo único que importa —dice con firmeza, poniendo sus manos sobre el pecho de Yibo para empujarlo— Esto tiene que parar.

Yibo resiste los intentos que Zhan hace para alejarlo, presionándose más cerca, asfixiándolo con su peso desde el muslo hasta el pecho. Arrastra las manos por los costados de Zhan, tira de sus caderas hacia delante, con triunfo en los ojos.

—Te has puesto duro —murmura, hablando casi contra la boca de Zhan—. Te pusiste duro por mí.

No está mintiendo; el pene de Zhan está pulsando con excitación, reaccionando a la proximidad de Yibo, al sensual gruñido de su voz. Esta tan duro como puede sentir que Yibo lo está, lo siente clavándose en el muslo.

—Que me sienta atraído por ti no significa que deba tirar mi matrimonio por la borda, —dice respirando entrecortadamente, y los ojos de Yibo se estrechan, algo sobre lo que acaba de decir calma su ímpetu.

1.Where stories live. Discover now