[Completo] Libro #3
Nueva ciudad, nuevas experiencias y... nuevos peligros.
¿Qué es lo que le espera a Aurora en Londres? Ella a aceptado sus errores y continúa su vida.
¿Qué será capaz de hacer Ronald para recuperarla?
Ella lo ha sentido cerca pe...
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Era miércoles y estaba en el departamento con mis amigos, habíamos comido pizza y estuvimos adelantando los proyectos de este mes al igual que estudiar para los exámenes que nos faltaban.
Ayudé a Trevor a sacar la basura, salimos del edificio y fuimos a la parte del callejón donde se ubican los contenedores.
—Entonces, ¿Vas a mandarle flores al lugar de sus prácticas?
Trev me dijo que estaba por dar el siguiente paso para acercarse a Rachel, se estaba llevando muy bien con ella por mensajes y quería algo más para dejar en claro su interés por ella.
— ¿Es demasiado? ¿Crees que me considere ridículo?
— ¡Claro que no! Le encantará, ella tiene un lado muy cursi aunque no lo dé a notar.
Y podía apostar todo a que era verdad, conocía a mi hermana y estaba segura que Trevor era el chico especial que ella tanto a querido en su vida.
—Entonces buscaré la floristería.
Al dar vuelta, Trevor clavó su antebrazo en mi estómago y me hizo parar de golpe al ver dos mujeres frente a nosotros. Podía distinguir que eran de piel bronceada a pesar que la noche nos inundaba por completo.
Sus ojos emitieron una luz resplandeciente, retrocedimos, y tenté por inercia los bolsillos de mis vaqueros pero no llevaba mi móvil conmigo.
—Fue casualidad encontrarte, carnada —gruñó una de ellas con una voz más áspera de lo normal.
Trevor casi estaba cubriéndome con su cuerpo, estaba más aterrada por él que por mí.
—Acabemos con esto de una vez.
Trevor les lanzó varios botes llenos de basura e intentamos salir pero fue inútil. Me separaron de Trevor pero él no dudó luchar y atraerme de regreso, corrimos pero la otra mujer nos detuvo y nos lanzó al fondo del callejón.
Mi amigo fue el que recibió el peor impacto.
—Mierda... —susurró Trevor adolorido.
— ¿Puedes levantarte?
Las bestias venían a nosotros, acechándonos y transformándose en su verdadera imagen.
—Carajo, creo que sí.
Las bestias venían y Trevor se colocó frente a mí, dándoles la espalda a ellas con tal de protegerme, y en eso, escuché ese sonido. Ronald estaba bajando del edificio con su pistola gancho, se puso al frente de nosotros y las bestias atacaron.
Trevor y yo estábamos arrinconados mientras Ronald se debatía en una lucha a muerte con ambas bestias.
Mi corazón estaba en mi garganta cuando vi como lo rodearon con sus peludos brazos y él usó la pared para impulsarse y salir de las garras de la bestia, utilizando uno de sus cuchillos para cortar los brazos.
