Capítulo 7. Confesiones de corazón.

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    Joey bloqueaba la puerta para salir y no parecía tener intenciones de apartarse

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    Joey bloqueaba la puerta para salir y no parecía tener intenciones de apartarse.

     — ¿Qué? —pregunté exasperado.

     — ¿Por qué quieres retirarte, As? Tienes el mando de todos aquí.

     Fruncí las cejas ante su intromisión. No me gustaba darle explicaciones a nadie, ni hablar de mi vida privada. Eso era algo que me irritaba con facilidad.

     —Tú sabes más que nadie porque quiero retirarme. Ahora apártate —gruñí al tiempo que avancé para salir pero Joey me tomó de mi playera, estampándome contra la pared.

     Le clavé una mirada punzante pero él no se inmutó.

     —Tienes dos segundos para quitarme las putas manos de encima antes de que te arranque un brazo —advertí.

     Su mirada compungida me tomó por sorpresa. Expresaba dolor que había ido acumulando y ya estaba estallando.

     — ¿Esa chica es tan especial?  —preguntó, su voz trémula me hizo bajar la guardia y aflojar mi tensión.

     —Estoy enamorado de ella y eso no cambiará.

     Joey aferró sus puños a mi playera y después me soltó con brusquedad.

     — ¿Estás seguro de que quieres dejar todo esto?

     Durante mis años aquí había ahorrado buen dinero, y mi libertad era lo que más deseaba para estar con Aurora.

     —Sí —respondí—. Quiero estar con ella.

     Joey se rompió. Me quedé un poco confundido pero no me moví, acomodé mis manos detrás de mi espalda baja mientras me recargaba en la pared. Joey se aferraba a no seguir derramando más lágrimas y me miró, sus ojos negros me atravesaron con mucho dolor en ellos.

     Sorbió su nariz y ambos nos sostuvimos la mirada.

     —No te has dado cuenta, ¿Verdad?

     Seguí callando, sin hacer ningún movimiento facial. Él esperó.

     — ¿De qué tengo que darme cuenta?

     Mordió su labio inferior y apartó la mirada hacia arriba como rogándole al Dios del que no creía. Resopló con frustración.

     —Sobre... —hizo una pausa y tragó con fuerza—. Sobre mis sentimientos... —me miró—, hacia ti.

     Sí lo sabía. Joey era bisexual. Bajé la mirada porque recuerdo que yo fui de los pocos junto con Chad que estuvimos con él cuando perdió a la protegida que amó hace unos años. Fue cuando nos hicimos más unidos y pude notar como me miraba en ocasiones.

     No dije nada por respeto y porque yo jamás iba a corresponderle de la manera que él deseaba.

     —No sientes nada, lo sé. Ella... ella siempre fue tu prioridad desde que te asignaron a protegerla y yo... no pude evitar sentir rabia —dijo entre dientes.

3º FRENESÍ: ¿Para siempre juntos?Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu