Capítulo 32

1.3K 130 8
                                    

—Wanda's POV—

Giré mi cuerpo para visualizar a Natasha, quién estaba estirada al otro extremo de la cama con Emma encima suyo, mientras le daba suaves caricias en su espalda.

–Esto es muy raro, Natasha –dije, captando su atención–. No entiendo como ha podido ocurrir algo así, el señor Manel estaba muy bien la última vez que lo vi.

Natasha estiró su brazo, pidiendo que me apegara a ella.

–Ven aquí –hice lo que me pidió, acercándome a ella y percibiendo su característico olor–. Es el ciclo de la vida, Maxi.

–No, Natasha... es muy extraño –suspiré, mirando hacia el blanquecino techo–. No sé cómo voy a explicárselo a Emma.

–No te preocupes por eso ahora, vamos a abordar el tema las dos juntas.

–Siento haber cancelado nuestra cita –dije, apoyando mi mano sobre la suya, parando las caricias que le daba a Emma.

–Ya pasó tres días de eso, no tienes porque sentirlo. Además, vamos a tener muchas más, así que estoy tranquila.

–Pero esa iba a ser especial, ¿verdad?

Natasha se quedó en silencio, parecía, incluso, que no respiraba. No insistí, esperé que fuera ella quien diera una respuesta, para continuar.

Aunque no daba crédito a la noticia, había decidido volver a Barcelona, no podía quedarme en Ámsterdam después de tal información. Natasha, quien se había llevado una desilusión cuando cancelé nuestra primera cita, entendió la razón y decidió acompañarme, dejando tirado el trabajo.

Yelena y Kate se quedaron en la capital de los Países Bajos por insistencia nuestra ya que, aún sin comunicárselo a Natasha, tenía en mente volver.

–No hay nada más especial que estar con vosotras –dijo Natasha, apretando mi mano para que despertara de mis pensamientos–. Dónde sea, pero con vosotras.

Esbocé una sonrisa y me acerqué a ella para dejarle un pequeño beso en los labios.

–Creo que lo mejor va ser que nos levantemos ya –dijo, intentando sentarse en la cama con Emma en sus brazos, pero le fue imposible–. Estamos alimentando mucho a pollito.

–Eres tú, que la alimentas solo a base de hamburguesas.

–¡Cómo voy a decirle que no a nuestro pollito! –tan pronto como salió la frase, Natasha cerró los ojos, como si hubiera dicho algo que no debía.

Nuestro pollito va volverse una bolita como sigas mimándola –dije, para restarle importancia a lo que había dicho.

–Las palabras salieron así, lo siento.

–No sientas, lo que sientes –le guiñé el ojo y me reí por el juego de palabras.

–¡Wanda Maximoff, reina del humor! –se burló ella.

–¿No querrás tú pelea física, no?

–No con una Maximoff.

–Ya sabía yo –nos reímos, despertando a Emma.

Emma estiró los bracitos, desperezándose y dándole un golpe en el mentón a Natasha. Ella soltó un pequeño quejido, sonriendo.

–Creo que pollito, sí quiere pelea física.

Emma levantó la cabecita y sonrió al tener a Natasha invadiendo toda su visión.

–Hola, jirafita –saludó, haciéndonos reír a las dos.

Volverte a ver [Wandanat]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt