Mision: Impasible -Kookjin-

Capítulo 18 : Sorpresas, enfermedades y escalofríos

 Después de una larga noche de actuación y lucha contra los villanos, lo que más le gustaba a Suga era dormir. A Yoongi también le gustaba dormir, aunque eso era lo único que tenían en común él y su amigo imaginario. Mientras dormía, Suga se regeneraba. Así, cuando se despertaba, estaba curado de cualquier herida y listo para luchar otro día.

Así que Yoongi entendía la importancia de dormir, especialmente si su papá estaba herido. Sabía por qué su padre necesitaba acostarse tanto. Estaba un poco triste por no poder ser cargado tanto o ser abrazado tanto, especialmente porque estaba tan, tan feliz de quedarse todas las noches con Jimin, y estaba tan, tan emocionado de llegar a casa de la escuela y tener a su papá allí, y tan, tan contento de que su papá se quedara a dormir también.

Como Jimin era mágico, y el sueño también lo era, ¡seguro que su papá se curaría en poco tiempo!

Le gustaba quedarse en casa de Jimin por muchas razones -tenía mascotas y una gran habitación y un enorme televisor y un piano que Yoongi realmente quería tocar pero aún no se lo había pedido y videojuegos a los que casi nunca jugaban pero que aún estaban disponibles y una despensa sin fondo y un refrigerador en el que probablemente podría caber y su mejor amigo estaba allí cada vez que quería hablar del libro que estaban escribiendo juntos- pero le gustaba más que nunca ahora que su papá también estaba allí.

También le gustaba el papá de Jimin. Era muy divertido y bueno cocinando y no trataba a Yoongi como un bebé. También era bueno jugando, e inventando ideas y aventuras y voces extrañas y nombres para cada juguete o persona que veían. También hacía feliz al padre de Yoongi. Yoongi lo notaba.

Así que Yoongi echaba un poco de menos su habitación. Y su cama. Y a su papá escuchando sus historias sentado en el suelo. Pero ahora tenía a Jimin para escuchar y añadir partes, también, mientras su papá escuchaba, y a veces el papá de Jimin estaba allí en la puerta.

Cuando Yoongi vio a su papá en la cama del hospital, nunca se había sentido más asustado. Nunca se había sentido tan triste o culpable. Incluso cuando todos le prometían que su papá no estaba muerto y no iba a morir, seguía siendo lo que Yoongi temía más que nada. Preferiría que alguien le apuñalara a él antes que a su padre, pero su padre le dijo que no dijera esas cosas. Su padre dijo que había pasado porque estaba protegiendo a Yoongi. Pero Yoongi ni siquiera había estado allí.

La mayoría de las noches, Yoongi sólo deseaba ser más fuerte, para poder proteger a su padre. O deseaba que Suga fuera real, para poder mantener a su papá a salvo.

Pero Jimin y su papá mantenían a Yoongi y a su papá a salvo. Yoongi ya casi no se despertaba en su casa de una pesadilla. E incluso si lo hacía, ahora era más fácil recordar dónde estaba. Sentir el suave pelaje de Cloud bajo su mano o girarse y ver a Jimin durmiendo a su lado. O escuchar a su papá y al papá de Jimin en la habitación de al lado, hablando o riéndose de la televisión o luchando, ambos haciéndose más fuertes para poder protegerlos a él y a Jimin.

Y como el sueño era curativo, Yoongi se tranquilizaba donde estaba y siempre volvía a dormirse, dispuesto a no tener que despertarse nunca más de las pesadillas.

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Sin trabajo, Jungkook se estaba volviendo loco, y ahora que podía levantarse físicamente y moverse, después de celebrar con los chicos la noche del viernes por haber terminado la escuela, estaba desesperado por salir del apartamento. Conseguir que Seokjin accediera fue más fácil de lo que esperaba, y la excusa de Seokjin tenía algo que ver con los regalos de Navidad.

Dejando a Amelia para que vigilara a los chicos el sábado por la mañana, salieron con muchas capas puestas, el sombrero de Jungkook bajo sobre la cara y los dedos metidos en los bolsillos todo lo posible. No iban en dirección al gimnasio en absoluto, pero no quería arriesgarse a que alguien lo reconociera por la casa de Seokjin.