Émile sueña con vivir de su música, se pasa el día y las noches escribiendo canciones y fantaseando con cantarlas frente a miles de personas.
Luego de ser descubierto por una de las discográficas más grandes del mundo y puesto en una banda con cuat...
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"Nunca he sido fanático del cambio, pero te seguiría a cualquier lugar."
Late night Talking - Harry Styles
★★★
—Hola —me saluda casualmente, apoyando sus codos sobre la barra justo a mi lado.
—Hola —Lúa le responde antes de que yo pueda hacerlo—. ¿Nos conocemos?
—No creo —Maia la mira, enarcando las cejas y con gesto escéptico—. De todos modos le hablaba a él.
Lúa se puso justo en medio, así que tiene que girar el cuerpo entero para poder verme.
—Ah sí, lo siento, pero no estamos recibiendo solicitudes ahora.
—¿Solicitudes de qué? —se muestra confundida, yo también lo estoy, no tengo idea de lo que Lúa intenta, pero mientras ella hable y yo no tenga que hacerlo creo que estoy bien— Si lo saludo es porque lo conozco, nada más.
—¿La conoces? —pregunta Lúa volteando hacia mí.
—Ajá.
—¿Quieres que le diga "hola" por ti?
—Nah —respondo con otro monosílabo, porque si hablo más se va a notar que tal vez me importa.
—¿A qué juegas? —Maia me habla directamente a mí— Solo trataba de ser amable.
—Un poco tarde para eso —susurro mientras le doy un sorbo al trago.
—¿Podemos hablar?
—No.
—Si quieres puedo pautar una entrevista, aunque va a tener que ser en un par de meses —Lúa continúa con el show.
—Espera, ¿de dónde lo conoces? —interviene Dylan, con seriedad.
Ella me mira con cierto aire de superioridad, siento como si estuviera diciendo "¿Esperas que me crea que no les hablaste de mí?"
Odio que sepa que es importante.
—Fuimos novios por cuatro años, dudo necesitar el permiso de alguien para poder hablar con él.
—Oh, lo siento, ¿Eres su ex? Te diría que es un placer conocerte, pero soy extremadamente celoso y posesivo —argumenta Dylan mientras pasa una mano por mi hombro—. El hecho de que respires su mismo aire ahora me está incomodando, ¿puedes hacerte un poco para allá? Gracias.
—Emi —vuelve a dirigirse a mí, aunque ahora las personas entre nosotros son dos y cada vez le es más difícil hablarme—. ¿Puedes dejar los chistes? De verdad quiero hablar contigo.
—Vine a divertirme, no tengo ganas de hablar contigo —niego y mantengo la distancia—. Si tienes algo que decir puedes ponerme un par de indirectas en Insta, te prometo que luego las veo.
