Capítulo #4

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Me despierto con fuertes dolores en las partes donde me han golpeado, antes de abrir los ojos siquiera llevo mi mano a mi mejilla recordando el impacto, y recordando que... ¡Se ha llevado a los niños! Sin acostumbrarme a la luz de aquel lugar intento abrir los ojos y levantarme rápido de donde estoy, pero al instante de mis pies tocar el suelo mi cabeza da vueltas, me obliga a sentarme otra vez. La sensación de que los ojos se me hunden es desagradable.

Pasado el mareo intentó analizar en donde me encuentro, estoy sobre una cama muy delgada con almohada y sabana azul igual que la bata que llevo. Estoy en un hospital, pero ¿Cómo he llegado? Llamo a una enfermera o cualquier persona que esté cerca que pueda ayudarme.

Por la puerta entra una enfermera, me pide que me tranquilice en primera instancia y luego me explica que una señora fue la que me trajo aquí, que tuvo que irse, pero dijo que volvería. Me volví a recostar, no podía salir de ahí aun. Pasaron las horas, se volvió de noche y tuve que volver a dormir, en todo ese tiempo no deje nunca de pensar como ganar el juicio por mis hijos, esa mujer no los ama, y no quiero que un hombre como él se les acerque, porque si lo hace ella no los va a defender.

A la mañana siguiente después del desayuno, eran como las 11 am cuando la señora Clare vino a visitarme, era una señora de 45 años que vivía a unas pocas cuadras de mi casa y que siempre se mostró comprensiva al ver que Helen y yo éramos una pareja muy joven para tener a nuestro primer hijo, pero nunca juzgo e incluso ella fue la que se ofreció a cuidar a Lucían cuando Helen tenía que trabajar y yo trabajar. Sin mencionar que es madre del mejor amigo de Oliver.

‒ Buenos días, señora Clare ‒la saludo de inmediato‒ me dijeron que alguien me ha traído hasta aquí ¿Fue usted?

‒ Si, junto con otras madres después de ver tan horrorosa escena ‒bajo la cabeza al recordarlo‒ y ahora ¿Qué va a hacer?

‒ Recuperar a mis hijos, no puedo dejar que esa bruja me los quite, son lo más preciado para mí.

‒ Eso es admirable, siempre he sabido que fueron padres muy rápido, pero no pensé que esa mujer pensara así, que incluso pusiera a un hombre por encima del bienestar de sus hijos, una mujer no puede permitirse eso, por eso no cualquiera puedo llamarse madre.

‒Sí tiene razón, pero ahora lo que me preocupa es que la ley la ampara, y ese hombre con su dinero no dudo que hago trampa.

‒ Eso es injusto, a pesar de todo yo lo he visto todos estos años y usted es un buen padre ‒sus palabras me reconfortan, pero solo por un segundo‒ lástima que no puedo ayudar en nada.

‒ No se preocupe ya ha hecho demasiado todos estos años ‒le sonrió con ternura, le debo mucho, quiere a mis hijos como si fueran sus nietos. Pero sus palabras me dejan pensando, y se me ocurre una idea‒ de hecho señora Clare si hay algo que puede hacer para ayudarme.

‒ ¿Y qué será eso? Haré lo posible para ayudarlo a usted y a los niños.

‒ ¿Cuántas madres vieron la escena en el evento?

‒ La mayoría de los representantes, los gritos se escuchaban desde lejos, es imposible que alguien haya estado ahí y no se haya dado cuenta ¿Por qué?

‒ Por qué podrían servirme de testigos ante los tribunales, la ley dejará de amparar a Helen si ven el mal ejemplo que les está dando, lo mal que los trata por ese tipo, y lo que realmente piensa de ellos ‒la imagen desagradable de ella gritándole a Lucían que era un error, hace que me hierva la sangre de solo recordarlo‒ no los ama, solo quiere hacerme sufrir, y sabe que la única manera de lograrlo es a través de ellos.

‒ Si todas escuchamos, jamás pensé que podría decirle eso a un niño tan dulce. Reuniré a las madres y preguntaré quién se ofrece para ser testigos.

Juego De PeonesWhere stories live. Discover now